Roma (Martes, 04-09-2012, Gaudium Press) Hace 15 años moría Teresa de Calcuta, «albanesa de sangre, india de ciudadanía» como se presentaba, y que fundó las Misioneras de la Caridad.
Era pequeña de estatura, pero grande de corazón y repleta de la luz de Cristo, que quería llevar a todo el mundo. Ella quería ser solamente un lápiz en las manos de Dios. Escogió ejercer su apostolado junto a los más abandonados, a los leprosos de Calcuta tornándose mensajera del amor de Dios en una tierra no cristiana.
Madre Teresa nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, Albania, con el nombre civil de Gonxha Agnes Bojaxhiu. Recibió los sacramentos en la tierna edad: a los 5 años y medio recibió la Primera Comunión y al año siguiente el Crisma. A los 18 años descubre su vocación.
En septiembre de 1928 entró al Instituto de la Beata Virgen María, conocido como las «Hermanas de Loreto», en Irlanda, donde recibe el nombre de Mary Teresa, como Santa Teresa de Lisieux.
En diciembre de este mismo año parte para la India y llega a Calcuta el día 6 de enero de 1929. Allí profesa los votos temporales en el mes de mayo de 1931 y enseña en la escuela para chicas en Entally.
Seis años después profesa los votos perpetuos y se torna Madre Teresa.
Recibe su «llamado en el llamado» el día 10 de septiembre de 1946, en un tren durante el viaje a Calcuta para el retiro anual.
Allí sintió en su corazón el deseo de saciar la sed de Jesús. Él le pide que funde una comunidad religiosa dedicada al servicio de los «más pobres entre los pobres».
El día 17 de agosto de 1948, viste por primera vez el ‘sári’ blanco bordado de azul. A fines de diciembre, por primera vez, va hasta la periferia, encuentra a las familias y comienza las primeras obras: lavar las heridas de algunos niños.
Después de algunos meses se unen a ella algunas de sus ex-alumnas.
Su congregación fue reconocida oficialmente en la Arquidiócesis de Calcuta, el día 7 de octubre de 1950. Quince años después llega el reconocimiento de Derecho Pontificio del Papa Pablo VI que la alienta a abrir una casa en Venezuela. Después de esa invitación habrá otras casas: en Roma, en Tanzania.
A partir de los años 60, la Congregación creció y, para responder mejor a las necesidades espirituales de las hermanas, Madre Teresa funda en 1963 los Hermanos Misioneros de la Caridad. En 1976 fundó el ramo contemplativo de las hermanas, en 1979, los Hermanos Contemplativos. En 1984 fundó los Padres Misioneros de la Caridad.
Su empeño en la caridad fue muy apreciado por Juan Pablo II. Su causa de beatificación comenzó a menos de dos años de su muerte, con la dispensa del tiempo de 5 años.
El 20 de diciembre de 2000 fueron aprobados los decretos sobre sus virtudes heroicas y sobre los milagros atribuidos a su intercesión.
El día 19 de octubre de 2003 es proclamada beata por Juan Pablo II, en la Plaza San Pedro, para una multitud de 300 mil personas.
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