Santiago (Miércoles, 05-09-2012, Gaudium Press) El pasado domingo 2 de septiembre, cientos de fieles migrantes provenientes de los cinco continentes se congregaron en la Parroquia Italiana y Latinoamericana, en Santiago de Chile, para celebrar el Día Nacional del Migrante. Como es tradición cada año, esta actividad fue organizada por Instituto Chileno Católico de Migración (INCAMI).
Mons. Ezzati se dirige a los feligreses |
Con sus banderas y trajes típicos, poco a poco los asistentes fueron repletando el templo parroquial para dar gracias a Dios por el don de la diversidad cultural. Algunos de los países presentes fueron Guatemala, Perú, Colombia, República Dominicana, Democrática del Congo, Estados Unidos, Francia, Nicaragua, Bolivia, El Salvador, Polonia, Haití, China, Corea, Italia y Argentina.
La celebración eucarística fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, quién respecto al sentido de esta festividad destacó: «La Iglesia celebra este día para tener presente esta realidad social que es la migración, para tener presente los valores que tiene, porque nos ayuda a integrar, a ser más acogedores, a ser un pueblo que se enriquezca culturalmente de los demás».
En este sentido, el Pastor se refirió también a los desafíos que este fenómeno nos plantea. «La migración tiene su dimensión problemática, no siempre somos tan abiertos para ofrecer dignidad, no siempre estamos abiertos para construir comunión y fraternidad. Entonces este día damos gracias a Dios que nos ha hecho una familia grande con dones diversos, con experiencias diversas y también es un día de reflexión y oración para pedir al Señor que el migrante pueda encontrar, en cada lugar donde llega, espacios de acogida y de compresión», dijo.
Casi al término de su intervención, el obispo manifestó su preocupación por la dramática realidad que viven muchos migrantes en el mundo, especialmente en el viejo continente. «Sabemos que en muchas partes del mundo los migrantes no son bien vistos, hay noticias que nos vienen de Europa, donde en algunos países debido a la crisis económica se les quita a los migrantes el derecho a tener una salud adecuada», destacó.
Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de INCAMI, el sacerdote scalabriniano Idenilso Bortolotto, se refirió a la importancia de abordar el fenómeno de la migración en sus diferentes perspectivas. «El lema de este año es Migración y Juventud, donde se invita a la acogida, a abrir ciertas estructuras para que puedan ser recibidos los migrantes. Este año en especial se va a enfocar sobre todo pensando en el proyecto de la nueva ley de migración, para que sea un espacio de construcción y de debate con la sociedad y en eso la Iglesia tiene una voz y mucho que decir, porque hace más de cincuenta años que viene acompañándolos», indicó.
El colorido oficio religioso, estuvo marcado por signos entre los que destacaron las ofrendas que algunos fieles trasladaron hasta el altar. Frutos, pan, café, alimentos, recuerdos e imágenes religiosas fueron algunas de ellas. También resaltó el coro latinoamericano que acompañó cada momento de la Santa Misa con canciones religiosas típicas de diversos lugares. Al finalizar la celebración, monseñor Ezzati bendijo la bandera de la paz, representando a todos los migrantes del mundo.
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