Castel Gandolfo (Lunes, 10-09-2012, Gaudium Press) La invitación a una «infatigable defensa y promoción de la institución familiar», a la atención por la «vida espiritual, intelectual y material» del propio clero, y por la juventud, así como a combatir la violencia en el país, fueron los temas tratados por Benedicto XVI en el discurso de la audiencia privada para los 38 obispos del segundo grupo de la Conferencia Episcopal de Colombia presentes en Roma desde la semana pasada en visita «ad Limina apostolorum».
Foto: news.va |
El diálogo con los obispos colombianos se da a pocos días antes de la partida del Pontífice para el segundo viaje a Oriente Medio, que esta vez lo lleva al Líbano para la entrega de la exhortación post-sinodal dedicada a la región.
«La historia de Colombia está indeleblemente marcada por la profunda fe católica de sus gentes, por su amor a la Eucaristía, su devoción a la Virgen María y el testimonio de caridad de insignes pastores y laicos», dijo el Papa al inicio agradeciendo por las «abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada» y por «la disponibilidad mostrada para la misión «ad gentes»».
Hablando sobre los «efectos devastadores de una creciente secularización» de hoy, que deja también su marca en la vida de los fieles en Colombia, principalmente en la vida familiar y moral, Benedicto XVI resaltó que la defensa de la familia es «una prioridad pastoral». Tema fundamental es también la violencia que afecta gravemente la sociedad, trayendo «dolor, soledad, muerte e injusticia». La Iglesia católica es un fuerte agente que ayuda a las personas en Colombia a combatir el problema «contribuyendo a la tutela de la vida humana y al cultivo de la paz».
Entre otras exigencias pastorales de los obispos -reafirmando las palabras de «El Plan Global» de la Conferencia Episcopal de Colombia y de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, en Aparecida- el Santo Padre resaltó la necesidad de «una firme esperanza para vivir de manera responsable y gozosa la fe e irradiarla en cada ambiente». De modo particular invitó a ofrecer un cuidado pastoral a los sacerdotes y los jóvenes. Los obispos deben ayudar a los sacerdotes con una adecuada formación para «vivir fiel y fecundamente su ministerio» con «la oportuna, clarificante y caritativa corrección y orientación».
Otro grupo que exige una particular atención es la de los jóvenes, una dinámica y activa parte de la sociedad. De hecho, el Papa en el discurso habló sobre «el fomento de una acertada pastoral juvenil» en «la cual las nuevas generaciones perciban con nitidez que Cristo las busca y desea ofrecerles su amistad». Pidió a los obispos que ayuden a los jóvenes a vivir una «vida abundante, para que su corazón no se deje arrastrar por la mediocridad o por propuestas que acaban dejando el vacío y la tristeza tras de sí» y «a cuantos tienen el futuro por delante a realizar sus más nobles aspiraciones, para que aporten una savia fecunda a la sociedad, y así ésta avance por las sendas de la salvaguarda del medio ambiente, del ordenado progreso y la real solidaridad».
Los obispos de la Conferencia Episcopal de Colombia comenzaron la visita «ad Limina apostolorum» el lunes pasado. El programa previó un encuentro general con el Santo Padre, así como coloquios privados en el cual cada prelado tiene la posibilidad de hablar sobre la situación de la propia diócesis. Están también las visitas a los Dicasterios de la Curia Romana.
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