Karaganda (Miércoles, 12-09-2012, Gaudium Press) Un acontecimiento de especial significado tuvo lugar en Kazajistán, en los terrenos que ocupaban los campos de concentración soviéticos de Karlag: una bella Catedral construida en honor de las víctimas y como centro de expiación fue inaugurada el pasado 09 de septiembre.
El templo, según recordaron los Obispos de Kazajistán en una declaración especial, es «un epitafio en memoria de todas las víctimas del Karlag y un lugar de oración y expiación por los incontables crímenes perpetrados por un régimen totalitario y sin Dios en Karaganda y Kazajistán, en contra de Jesucristo y en contra de la dignidad humana».
Karaganda, tierra de martirio
Ninguna otra tierra en Kazajistán «ha sido tan profusamente humedecida por la sangre y las lágrimas de las víctimas inocentes de la represión comunista», afirmaron los prelados. En ese lugar muchos sacerdotes vivieron, trabajaron forzadamente y finalmente murieron, dando un testimonio heroico de su fe. Entre ellos, los Obispos destacaron al Beato Nikita Budek, Obispo y mártir, Beato Alexis Zaritzki, sacerdote y mártir, el Siervo de Dios Obispo Alexander Khira y el Siervo de Dios Padre Vladimir Bukovinsky.
Como enviado de Su Santidad Benedicto XVI, el Cardenal Angelo Sodano presidió el rito de consagración del templo y concelebró la solemne Eucaristía con el Obispo de Karaganda, Mons. Janusz Kaleta y otros Obispos y sacerdotes del país. Según Agencia Fides, unos 1500 fieles asistieron a la liturgia. El Card. Sodano había bendecido los terrenos donde se construyó la Catedral en mayo de 2003, durante una visita al país como Secretario de Estado de la Santa Sede.
La Catedral de la Bienaventurada Virgen María de Fátima – Madre de todas las Naciones, fue construida gracias al aporte de muchos católicos de varias naciones y con el especial apoyo de una sociedad constituida para tal fin. La advocación de la Virgen aparecida en Portugal fue naturalmente seleccionada porque Ella expresó en 1917 su preocupación por los crímenes que el comunismo llegaría a cometer. «Nuestra Señora habló de los peligrosos errores que Rusia extendería por el mundo entero», recordaron los Obispos kazajos.
La belleza del templo, instrumento de evangelización
Después de agradecer a todos los fieles, sacerdotes y prelados que hicieron posible la obra con sus aportes materiales y «con sus oraciones y sacrificios espirituales», los Obispos recordaron el sentido que tienen las catedrales y los templos en la vida de fe de la Iglesia Católica. «La consagración de una Catedral es el momento más favorable para recibir abundantes gracias para su propia renovación espiritual», explicaron, «porque cualquier iglesia que es materialmente visible es un símbolo del santuario invisible de la Santísima Trinidad que está oculta profundamente dentro de cada bautizado que vive en el estado de gracia santificante».
Por este motivo, los prelados destacaron la belleza exterior del templo, que refleja la belleza interior con la cual cada quien debe adornar su alma. «Mientras admiran la belleza exterior de una iglesia, y cuando entran en ella a orar, los fieles deben recordar las palabras de la Sagrada Escritura: ¿No saben que ustedes son templo de Dios?». Por este motivo, esta Catedral es «una profesión visible de la fe católica y un instrumento de evangelización», una nueva evangelización que se hace «a través de la piedra, a través de la belleza y a través de la cultura».
Los Obispos también recordaron los numerosos pasajes bíblicos en los que Dios mismo ordena a los hombres construir altares y templos para su adoración, que encontrarían su plenitud en el cuerpo mismo de Cristo, muerto en la cruz y presente en la tierra de forma perpetua en la Eucaristía.
La belleza de la fe católica es reconocida por los no cristianos
La Catedral de la Bienaventurada Virgen María de Fátima fue construida con el mayor esmero posible. Su estilo gótico, inconfundiblemente católico, es un testimonio de fe en medio de una población mayoritariamente musulmana en la cual los católicos representan apenas un 2% del total de habitantes. Según el Obispo Auxiliar de Karaganda, Mons. Athanasius Schneider, el uso de los mejores elementos y la perfección artística «facilita el cumplimiento del primer mandamiento y el fin último de toda la creación: el culto y glorificación de Dios».
La belleza también facilita la relación con los no católicos. «La población se siente honrada por tener un edificio de tanta belleza arquitectónica y alto significado cultural en su localidad», explicó Mons. Schneider. «Las autoridades civiles valoran la Nueva Catedral como un gesto de la Iglesia Católica en la promoción de la cultura».
Su eficacia evangelizadora comenzó incluso antes de su inauguración. «Muchas personas ya han visitado la nueva Catedral. La mayoría no eran católicos e incluso no cristianos. Fueron atraídos por la belleza». Esas oportunidades son aprovechadas para explicar la espiritualidad cristiana a través del arte. El Obispo recordó haber expuesto el templo a una pareja no cristiana durante una media hora, tras la cual la mujer afirmó: «En esta hora he limpiado mi alma. ¿Puedo venir de nuevo a solas? Porque quiero ver estas cosas bellas en silencio».
«La reacción de la mayoría de personas que han visitado la Catedral, especialmente los no cristianos, era la admiración espontánea, el silencio, la apertura a lo sobrenatural». La conclusión del Obispo auxiliar es impactante: «He notado en estos casos la verdad de que el alma humana es naturalmente cristiana». Conociendo esta capacidad del hombre de reconocer a Dios, el prelado recordó que el deber de los católicos es conducir esas almas hacia Cristo. «En grandes letras de bronce en la entrada de la Catedral están escritas estas palabras de la Sagrada Escritura», describió el prelado: «Esta es la casa de Dios, esta es la puerta del cielo. esas santas palabras son un lema muy apropiado para esta Catedral».
Con información de Agencia Fides, Asia News y Zenit.
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