Menú 
Ammán (Sábado, 09-05-2009, Gaudium Press) Después de su primera noche en Jordania, Benedicto XVI celebró en la mañana de este sábado (hora local), la Santa Misa, en la capilla de la Nunciatura Apostólica en Ammán (capital del país) donde está hospedado. Dos horas después, visitó la antigua Basílica del Memorial de Moisés, en Monte Nebo.
Del alto de la montaña, Benedicto XVI afirmó que es justo que su peregrinación comience en este lugar, de donde Moisés contempló de lejos la Tierra Prometida.
«En lo alto del Monte Nebo, la recordación de Moisés nos invita a ‘elevar la mirada’ para abrazar, con gratitud, no solamente de las obras maravillosas de Dios en el pasado, sino también mirar con fe y esperanza para el futuro que Él reservó para nosotros y para el mundo entero».
Sobre la peregrinación a los Lugares Santos, Benedicto XVI afirmó que esa antigua tradición recuerda el inseparable vínculo entre Iglesia Católica y pueblo judío.
«Desde el inicio, la Iglesia en estas tierras conmemoró, en la propia liturgia, las grandes figuras del Antiguo Testamento como señal de su profundo aprecio por la unidad de los dos Testamentos. Pueda este nuestro encuentro de hoy inspirar en nosotros un amor renovado por el canon de la Sagrada Escritura, y el deseo de superar todos los obstáculos que se interponen a la reconciliación entre cristianos y judíos, al respeto recíproco y en cooperación al servicio de aquella paz a la cual la palabra de Dios nos llama», dijo.
Ya en la ciudad de Madaba, donde llegó después de la visita a Monte Nebo, el pontífice bendijo la piedra fundamental de la Universidad del Patriarcado Latino y saludó a los presentes. Benedicto XVI además elogió la política del reino de Jordania, centrada en la educación – trabajo conducido por la Reina Rania, «cuya dedicación es motivo de inspiración para muchos», afirmó el Papa.
El Santo Padre recordó que la función de las universidades no es solamente transmitir conocimiento, sino promover en los estudiantes el amor por la verdad, aunque la religión – así como la ciencia, la tecnología y la filosofía – pueda ser corrompida en esa búsqueda por la verdad.
«La religión es desfigurada, cuando es obligada a servir a la ignorancia y al preconcepto, el desprecio, la violencia y el abuso. Sin duda, cuando promovemos la educación, proclamamos a nuestra confianza en el don de la libertad», apuntó Benedicto XVI.
Deje su Comentario