Beirut (Viernes, 14-09-2012, Gaudium Press) Alrededor de las 10:00 horas (hora local Roma) el Papa salió por 10 minutos para responder a 5 preguntas presentadas por el Padre Federico Lombardi en nombre de los periodistas a bordo. Benedicto XVI confirmó que nunca pensó en renunciar al viaje por motivos de seguridad. «El sentido de mi viaje -afirmó el Pontífice- es invitar al diálogo, invitar a la paz, contra violencia, caminar juntos para encontrar la solución de los problemas». Junto al Santo Padre viajaron 50 periodistas.
A pesar de las esperanzas, la violencia no termina en Oriente Medio, lo que se constituye en causa de la fuga de muchos cristianos que dejan la propia tierra. En un comentario Benedicto XVI ve la situación de un modo más amplio. «Es preciso, antes que nada, decir que no solamente los cristianos huyen, sino también los musulmanes». Responde luego confirmando que «el peligro que los cristianos se alejen y pierdan su presencia en estas tierras es grande». Como solución contra la violencia y la guerra, el Pontífice propone «defender el mensaje de la paz», «reforzar las fuerzas de la paz», pero principalmente «cesar la importación de armas».
Porque «sin importación de armas – continuó – la guerra no puede continuar. En vez de la importación de armas se deberían importar ideas de paz, creatividad, encontrar soluciones para aceptar cada uno en su alteridad».
El Papa se opuso fuertemente también contra el fundamentalismo. «Es siempre una falsificación de la religión, es contra la esencia de la religión».
El papel de la Iglesia en tal situación, el Santo Padre la ve más allá de la oración, influyendo en la opinión pública, así como en el empeño de las propias organizaciones de caridad, como los Caballeros del Santo Sepulcro. «Diría a los políticos que se empeñen realmente con todas las fuerzas, con todas las posibilidades, con creatividad por la paz, contra la violencia. Nadie debería esperar en las ventajas de la violencia, todos deben contribuir. En este sentido, es un trabajo de armonización, de educación, de purificación muy necesario de nuestra parte».
La situación en Siria proporcionaba naturalmente dudas sobre una posible renuncia al viaje por motivos de seguridad. «Nadie me aconsejó renunciar a este viaje y de mi parte nunca pensé en esta hipótesis. Porque sé que si la situación se torna más complicada, se torna todavía más necesaria dar esta señal de fraternidad, de aliento, de solidaridad», afirmó el Papa.
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