Más de medio millón de argentinos participan en procesión de la Fiesta del Milagro

Salta (Miércoles, 19-08-2012, Gaudium Press) Una tradicional y multitudinaria procesión tuvo lugar en Argentina el pasado 15 de septiembre. Unos 600 mil fieles católicos de la ciudad de Salta, presididos por el Arzobispo Mario Antonio Cargnello y las autoridades civiles, salieron a las calles a venerar las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro, de la misma manera como lo hacen desde 1692, cuando cesaron los terremotos que azotaron la región.

Mons. Cargnello, quien es Vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal Argentina, aprovechó la demostración pública de la fe para recordar la necesidad de que el orden social exprese esa importante dimensión de la población.»Qué corta parece la mirada de una sociedad que ignora a la familia como un bien humano y humanizante», lamentó el prelado.

Frente a la reforma del Código Civil argentino, ampliamente criticado por su desprotección de la vida y la familia, el Arzobispo manifestó: «¡Qué injusta es la desvalorización y la banalización de las prácticas abortivas, de la eutanasia, la manipulación genética y embrionaria y de todo atentado contra la dignidad de la vida del ser humano!». Las fuertes declaraciones del prelado fueron respaldadas con los calurosos aplausos de la multitud.

La Eucaristía central de la Fiesta del Milagro fue presidida por Mons. César Daniel Fernández, Obispo de Jujuy, y concelebrada por los Arzobispos de Salta y de Tucumán, además de los Obispos de Orán y de Cafayate, además de numerosos presbíteros. En su Homilía, Mons. Fernández recordó que el milagro es el Amor de Dios.»El hombre sabe que no viene de la nada, que su existencia no es fruto del azar», comentó el Obispo. «Venimos del amor de Dios, generoso, que no quiso ser solitario sino comunión».

La respuesta a ese amor, afirmó, debe ser la conversión. «Dios busca ese pueblo para renovarle el corazón, y convertirlo en un corazón de carne que se deje ganar por el amor de Dios. Y eso es lo que debemos hacer nosotros, dejarnos ganar por el amor y obrar en consecuencia». El Obispo invitó a los fieles a entregarse sin temor a un Dios que se entrega sin medida. «Creerle a este Dios que todo lo da y solo pide amor. Nada nos quita, nos da la fuente donde nace la felicidad y la vida».

El prelado motivo finalmente a conservarse en el amor a Dios, «que les hacer recorrer tantos kilómetros y realizar tantos sacrificios para llegar a este Santuario del Señor y la Virgen del Milagro».

Con información de AICA.