La religiosa que mayor tiempo ha vivido en clausura cumplió 105 años

Guadalajara (Sábado, 22-09-2012, Gaudium Press) Sor Teresita, religiosa cisterciense del Monasterio de Buenafuente del Sistal, en Guadalajara, España, cumplió el pasado domingo 16 de septiembre 105 años de edad. De este tiempo, 85 años los ha pasado en la clausura, habiendo sido admitida el 16 de abril de 1927, la fecha exacta de nacimiento de Benedicto XVI.

Sor Teresita, quien a sus 105 años vive plenamente su vida de consagración religiosa. Foto: ReL

«Yo no me jubilo», afirmó la religiosa al informativo Religión en Libertad, que la contactó en la víspera de su cumpleaños. «¿De qué me voya jubilar? Porque de alabar a Dios no me puedo jubilar. Si no, menuda la hacíamos..», afirmó con su carácter alegremente sincero.

Como regalo de cumpleaños, Sor Teresita manifestó un solo deseo: «A Dios le pido la santidad, y a la Virgen le digo cada día: «Quiero mirar con tus ojos, hablar con tu boca, oír con tu oído, amar con tu corazón». ¿Qué más le puedo pedir?», comentó. «Ahí está la santidad de vida, y a lo que estamos llamados cada uno de nosotros».

Después de 85 años de vida religiosa, aún considera su vocación el principal regalo recibido en la vida. «Si el Señor no me la hubiera dado, y si yo no hubiera correspondido, pienso que no hubiera sido feliz». También agradeció la protección de la Virgen durante los tiempos de guerra, que le permitió continuar su entrega en la vida consagrada. «No concibo mi vida de otra manera que no sea la consagración al Señor. Ese es el mayor y mejor regalo».

Sobre su experiencia en todos los cargos del monasterio, desde los más humildes hasta el de Abadesa, Sor Teresita comentó con gracia que todos son una labor de servicio. «Ser abadesa es muy difícil. Yo lo he sido durante 21 años y he obedecido más que estando en la cocina», afirmó.

Finalmente, se le cuestionó sobre su jovialidad y buen humor. La religiosa compartió su secreto para vivir con alegría: «Digo siempre lo mismo, pero es lo que siento y lo que vivo: que vivamos en el corazón de la Virgen. La alegría interior y la sonrisa exterior se van adquiriendo desde el encuentro diario con el Señor: la oración, los sacramentos, la Eucaristía»

«Así es como yo intento mantenerme», continuó Sor Teresita. «Llevo 85 años consagrada la Señor y no me arrepiento. Si volviera a nacer y el Señor me volviera a llamar, estoy segura de que haría lo mismo. Él es el mayor Tesoro que podemos tener».

Con información de Religión en Libertad.