Washington (Lunes, 01-10-2012, Gaudium Press) En un foro académico llevado a cabo en la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, el Cardenal Donald Wuerl expuso la vital importancia del aporte que la Iglesia realiza a la sociedad y la necesidad de garantizar la libertad religiosa para que los creyentes puedan dar testimonio de la fe. «La razón y la experiencia nos impiden esperar que la moralidad nacional se mantenga si se excluyen los principios religiosos»,afirmó el prelado.
El Cardenal Wuerl señaló que el respeto a la libertad religiosa es vital para el aporte de los fieles en la sociedad. |
«El papel del gobierno no es conceder o restringir la libertad religiosa (que no se origina en él), sino sólamente protegerla», explicó el Cardenal Wuerl, recordando la declaración Dignitatis Humanae, de Su Santidad Pablo VI. El testimonio de los creyentes es necesario, expresó, porque constituye la «voz de la conciencia en la sociedad», que recuerda que «no todo lo que podemos hacer lo debemos hacer».
El Arzobispo de Washington expresó su preocupación por la tendencia cada vez más pronunciada de acallar la voz de la Iglesia y de sus fieles en la vida pública. «Como nación, estamos pasando de una estructura cultural en la cual los principios éticos y morales arraigados en la fe religiosa eran vistos como normativos hacia una cultura que margina la fe como una mera experiencia personal», advirtió.
Esta nueva cultura impone un pensamiento que desconoce el mensaje religioso y los principios de la ley natural y se hace «cada vez más estrecha, hasta hacerse un punto de vista monolítico secular», denunció el prelado. Este pensamiento único debilita profundamente el debate y las nuevas generaciones en Estados Unidos ya no experimentan «una discusión completa que incluya la contribución de los valores cristianos auténticos».
«Con la fe religiosa viene una forma de vivir, una serie de estándares de comportamiento moral y civil, y esas expectativas de conducta son hilos que hasta hoy componen el tejido de nuestra vida civil». Por ese motivo los católicos «no podemos perder ese papel de ser la voz de la conciencia», concluyó.
Con información de National Catholic Register.
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