Ciudad del Vaticano (Lunes, 01-10-2012, Gaudium Press) Fueron tres los tradicionales momentos de despedida del Pontífice Romano de Castel Gandolfo. El Papa dijo un simple «gracias» y «hasta luego» a los ciudadanos ayer en el Ángelus, antes también en la prefectura de la ciudad y a los funcionarios de las Villas Pontificias que cuidan de la residencia de verano del pontífice y de la seguridad y la buena estadía del Santo Padre. Benedicto XVI volvió en helicóptero al Vaticano a las 11:30 horas.
La estadía de verano en Castel Gandolfo fue un «tiempo sereno y tranquilo», donde se respiraba «un clima de familia y de viva cordialidad» que también permitía «vivir un período de estudio, oración y reposo». Así el Papa definió el período de tres meses que pasó en Castello, a 35 Km de distancia de Roma. Un período durante el cual el Papa terminó el tercer volumen de «Jesús de Nazaret». Benedicto XVI, el viernes, agradeció a los funcionarios vaticanos de las Villas Pontificias, el sábado a la delegación de la Prefectura de Castel Gandolfo, las Autoridades Civiles y Militares, las Comunidades Religiosas y de nuevo a los funcionarios de las Villas Pontificias.
«En el período de verano Castel Gandolfo se confirma como una ‘segunda sede’ del Obispo de Roma, que compite con la ‘primera’ en la capacidad de acoger a los visitantes y peregrinos que vienen para rezar el ‘Ángelus’ dominical o para las Audiencias Generales de los miércoles», dijo el sábado.
El Papa vuelve y retoma el ritmo exigente del año, y en Italia, a partir de octubre inicia un nuevo año pastoral. Ya el día 4 el Santo Padre va a Loreto, en el día 7, con la misa abre el Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización y el día 11 el Año de la Fe para «ayudar a todo hombre a abrir el propio corazón y la propia vida a Jesús Señor y a la Palabra de salvación». Con la invitación para «continúen haciéndome sentir vuestra proximidad espiritual incluso después de mi partida», Benedicto XVI dejó Castel Gandolfo.
Las Villas Pontificias son una antigua propiedad de los Papas. Allí, los emperadores iban a pasar los meses de verano de mucho calor fuera de la Ciudad Eterna. La residencia de verano papal mantiene hasta hoy esa función.
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