St Gallen (Martes, 02-10-2012, Gaudium Press) Con una Eucaristía solemne en la Catedral de St. Gallen, en Suiza, se concluyó la Asamblea Plenaria del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) que, bajo el título «Desafíos de nuestros tiempos: Aspectos sociales y espirituales», analizó las condiciones y objetivos de la Iglesia en el continente.
Eucaristía de clausura de la Asamblea Pleanaria de la CCEE en St. Gallen, Suiza. |
El Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, manifestó la importancia de esta asamblea y el llamado que renovó a los países europeos «a no perder de vista la misión universal de Europa como portadora del mensaje del Evangelio y la sabiduría que éste ha traído sobre la dignidad de la persona y los derechos humanos».
Europa margina el cristianismo
Uno de los temas principales de la Asamblea fue la marginación de los crisitanos en la sociedad. Los Obispos, quienes conocieron un completo informe desarrollado por el Observatorio sobre Discriminación e Intolerancia contra los Cristianos, rechazaron con firmeza los actos de intolerancia. Esta discriminación, señalaron, «expresan una involución de la cultura y la sociedad que contradice sus supuestos fines y propósitos».
El informe da cuenta de varios hechos significativos, como la prohibición de los símbolos religiosos en escuelas y edificios públicos e incluso actos de violencia contra los cristianos en Europa. Según su expositor, el padre Ferenc Janka, cabeza de la división de crímenes de odio de la Santa Sede en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, lo más preocupante es la falta de respuesta ante los actos de intolerancia. «no es sorprendente que estas cosas pasen (en un entorno radicalmente secularizado), lo que sorprende es que nadie diga nada».
La Iglesia debe iluminar la sociedad
El Obispo de St Gallen, Markus Büchel, en su homilía de la Eucaristía de clausura destacó la relevancia del trabajo de los Obispos al tiempo que los animó a cumplir plenamente su ministerio: «Es un importante desafío social y espiritual, tanto más a la luz de las rápidas transformaciones de nuestros tiempos», afirmó.
La declaración final de la Asamblea recalcó la importancia de la fe para todo el continente y pidió reconocer la voz de la Iglesia y su aporte. La cultura secular «no debería mirar el mensaje cristiano con sospecha, cuando éste extiende sus alas de la fe y la razón». Estas dos dimensiones, señalaron los Obispos, «hacen parte de la historia europea y son el fundamento de nuestra civilización».
«La Iglesia, al ser testigo de la verdad de la fe, se involucra en el debate cultural y social con su herencia de sabiduría y cultura, mostrando lo que la recta razón puede aportar», continúa la declaración. «Nuestra misión es un compromiso de ser pastores sabios de comunidades que son en la historia como levadura en la masa, y lámparas de aceite que alumbran con a luz de Cristo para el bien de todos», concluyeron los prelados.
Con información de Zenit.
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