París (Viernes, 05-10-2012, Gaudium Press) Santa Teresa de Lisieux, o mejor conocida como Teresita del Niño Jesús, continúa atrayendo a millones de personas. Una reciente exposición realizada en la Catedral de Notre Dame en París, Francia, llegó a una cifra cercana a los siete millones de visitantes, que, a través de 36 paneles, recorrieron los 24 años de vida de la santa carmelita.
La muestra «Una llama de Amor» expuso la vida de Santa Teresita del Niño Jesús a casi siete millones de visitantes. |
La muestra, ideada por la fundación «Amigos de Teresa y del Carmelo de Lisieux», permite conocer a su familia, su amor a la Santísima Virgen y los santos cuyo ejemplo marcaron su vida: San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, Santa María Magdalena, San Francisco de Asís, Santa Cecilia y Santa Juana de Arco.
Otra de las dimensiones que retrata la exposición es la de su sufrimiento y enfermedad, sobrellevados por Cristo y su Iglesia en un intenso amor, la ciencia del amor de la cual fue proclamada Doctora de la Iglesia. «Era puro fuego, lo amaba todo, lo quería todo», describió Elisabeth de Balanda, comisaria de la muestra a OMPress.
«Dentro de la Iglesia (Santa Teresita) quería ser ‘el amor’. Y este ardor inefable que ella sentía lo hemos usado para titular la exposición: Una llama de amor», continuó Balanda. «La exposición lleva también un mensaje de alegría: Teresa era una mujer muy alegre, y un mensaje de serenidad, de confianza absoluta en Dios. Este abandono se ve en las imágenes de la exposición, un abandono silencioso y alegre en Jesús».
La exposición, tras su notable éxito, será llevada a cárceles y hospitales y se espera que sea instalada en Brasil, durante la Jornada Mundial de la Juventud a celebrarse en Río de Janeiro en 2013. «Teresa trae consuelo a las personas. Les concede gracias, conversiones y curaciones» describió Pierre Fortin, vicepresidente de la fundación organizadora. La santa «da la salud a quienes sufren, porque también ella sufrió. Pero sobre todo trae algo más fuerte, que es lo que intentamos llevar con esta exposición: un mensaje de esperanza y también de coraje».
La Catedral de Notre Dame, anfitriona de la exhibición, fue testigo de la sorprendente acogida de este mensaje. Laurent Prades, administrador de la Catedral refirió su admiración: «Teníamos clarísima la repercusión mundial de Teresa de Lisieux, pero no podíamos imaginar que acudieran visitantes de lugares tan diferentes».
Con información de OMPress.
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