lunes, 23 de diciembre de 2024
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El Papa en la apertura del Sínodo invita a los cristianos a la sincera conversión y a la cristianización del matrimonio

Ciudad del Vaticano (Lunes, 08-10-2012, Gaudium Press) Dar un nuevo impulso a la Iglesia Católica en el anuncio del Evangelio con nueva fuerza en el modo secularizado es el objetivo de la Asamblea Sinodal que fue abierta ayer por el Santo Padre junto a todos los 262 Padres Sinodales, dedicada al tema «La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana». En la celebración solemne Benedicto XVI anunció también dos nuevos Doctores de la Iglesia: San Juan de Ávila y Santa Hildegarda de Bingen. En la homilía el Papa se concentró en el tema de la substancia del anuncio, la santidad y la familia.

«La Iglesia existe para evangelizar». En estas simples palabras, el Santo Padre afirmó la misión fundamental de la Iglesia para toda la «communio» y de modo individual. Partiendo de la dimensión cristológica de la evangelización, resaltó que «la evangelización, en todo tiempo y lugar, tuvo siempre como punto central y último Jesús, el Cristo, el hijo de Dios (cf. Mc 1,1); y el Crucificado es por excelencia la señal distintiva de quien anuncia el Evangelio: señal de amor y paz, llamada a la conversión y a la reconciliación. Seamos nosotros, Venerados Hermanos, los primeros en tener la mirada del corazón dirigida a Él, dejándonos purificar por su gracia».

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Dar un nuevo impulso a la Iglesia Católica en el anuncio del Evangelio con nueva fuerza en el modo secularizado es el objetivo de la Asamblea Sinodal abierta ayer por el Santo Padre

Después de siglos de una fe ferviente el Occidente está enfrentando los nuevos desafíos de la secularización y del individualismo que cambiaron el estilo de vida también de los cristianos. El objetivo del Sínodo que inició ayer es «ayudar a esas personas a tener un nuevo encuentro con el Señor, el único que da sentido profundo y paz para nuestra existencia; para favorecer el redescubrimiento de la fe, la fuente de Gracia que trae alegría y esperanza en la vida personal, familiar y social».

El Papa, reflexionando el Evangelio del día, habló mucho sobre la crisis de la familia y del matrimonio que está ligada a la crisis de la fe. «El matrimonio, justamente en las regiones de antigua tradición cristiana, está pasando por una profunda crisis. No es una coincidencia. El matrimonio está ligado a la fe, no en un sentido genérico. El matrimonio se fundamenta, como unión del amor fiel e indisoluble, en la gracia que viene del Dios Uno y Trino, que en Cristo nos amó con un amor fiel hasta la Cruz. Hoy, somos capaces de comprender toda la verdad de esta afirmación, en contraste con la dolorosa realidad de muchos matrimonios que, infelizmente, acaban mal. Hay una clara correspondencia entre la crisis de la fe y la crisis del matrimonio. Y, como la Iglesia afirma y testimonia hace mucho tiempo, el matrimonio es llamado a ser no solo objeto, sino el sujeto de la nueva evangelización».

Otro aspecto fundamental en el tema de la nueva evangelización, resaltado por el Papa fue el llamado universal a la santidad que se expresa de modo significativo en las figuras de los santos. Benedicto XVI los llamó de «verdaderos protagonistas de la evangelización en todas sus expresiones», así como , de «pioneros e impulsadores de la nueva evangelización», porque el propio testimonio de vida muestra «a las personas, indiferentes o hasta hostiles, la belleza del Evangelio y de la comunión en Cristo; e invitan a los fieles, por así decir, tibios, a vivir la alegría de la fe, la esperanza y la caridad; a redescubrir el `gusto´de la Palabra de Dios y de los Sacramentos, especialmente del Pan de la Vida, la Eucaristía».

Aquel gusto que también debe ser redescubierto por muchos cristianos. El Papa en la homilía habló también sobre la indiferencia religiosa que toca a muchos cristianos. «La mirada sobre el ideal de la vida cristiana, expresada en el llamado a la santidad, nos alienta a ver con humildad la fragilidad de muchos cristianos, antes, su pecado, personal y comunitario, que se presenta como un gran obstáculo para la evangelización; y nos anima a reconocer la fuerza de Dios que, en la fe, viene al encuentro de la debilidad humana». Con esta observación, Benedicto XVI afirmó que es necesaria «una disposición sincera de conversión» sin la cual no es posible la nueva evangelización.

«Dejarse reconciliar con Dios y con el prójimo (cf. 2 Cor 5,20) es la vía maestra de la nueva evangelización. Solo purificados, los cristianos pueden encontrar el legítimo orgullo de su dignidad de hijos de Dios, creados a Su imagen y redimidos por la sangre preciosa de Jesucristo, y pueden experimentar su alegría, para compartirla con todos, con los de cerca y los de lejos», concluyó la homilía el Papa.

 

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