Aparecida (Martes, 09-10-2012, Gaudium Press) El cuarto día de la novena de Aparecida, en la noche del último sábado, fue presidido por el Arzobispo de Salvador, en Brasil, Mons. Murilo S. R. Krieger. El tema de reflexión fue «María: alegría de acoger a los necesitados de Dios». En la ocasión el Arzobispo destacó cuatro posibles lecciones delante la vida de Nuestra Señora.
La primera es la de ir precipitadamente al encuentro de los más necesitados:
Según Mons. Murilo S. R. Krieger, María nos enseña a buscar la voluntad de Dios, a no esperar soluciones mágicas. |
«A nuestro alrededor, muchos pasan hambre, no tienen casa, salud o educación; otros viven tristes y desanimados por nuestra incapacidad de repartir los dones que recibimos. María acogió a Jesús y lo llevó a Isabel. Haciendo eso, ella nos enseña que este bello y majestuoso mundo que Dios nos dio, sus riquezas, la tierra y el pan, las cualidades con que nos enriqueció, lo que somos y tenemos, todo, en fin, no es para disfrutar de forma egoísta, sino para repartir con los otros», afirmó.
Según el Arzobispo, María nos enseña a buscar la voluntad de Dios, a no esperar soluciones mágicas, a hacer nuestra parte para que se multipliquen a nuestro alrededor gestos marcados por la justicia y la verdad, la solidaridad y la paz; gestos de amor.
«He aquí, pues, la segunda lección que la Madre de Aparecida nos da en este cuarto día de su novena: cuando una persona da un sí total a Dios, pasa a transmitir a otros, con su simple presencia, los frutos del Espíritu Santo», agregó el prelado.
Después de las dos primeras lecciones, señaló una tercera enseñanza de María: que Cristo es el único camino para el Padre. Él es el modelo supremo, al cual, como discípulos, debemos conformar nuestra propia conducta.
«Nuestra devoción a María está, pues, subordinada a la devoción para con el divino Salvador. Al dirigirnos a María, nos dirigimos a aquella en quien el propio Padre eterno confió. El Padre confió a ella Su único Hijo, Su Hijo amado; nosotros confiamos a María nuestras necesidades, problemas y pedidos», agregó.
La última, pero no menos importante lección destacada por Mons. Murilo S. R. Krieger es que Nuestra Señora siempre nos lleva a su hijo Jesucristo.
«Cuando alguien visita un santuario mariano; cuando un peregrino viene a Aparecida para encontrarse con la Madre de Jesús y, así, fortalecer su fe, es llevado por ella a un encuentro todavía más importante: el encuentro con Jesús en el sacramento de la penitencia y la Eucaristía», afirmó.
Finalizando, el Arzobispo resaltó que el más bello libro de Aparecida es escrito por los romeros que, aquí, se sienten en casa; en su casa.
«Y tienen razón, pues la casa de María no es sólo de Jesús: él mismo quiso que la casa de su madre tuviese las dimensiones del mundo, para abrigar a cada persona que él salvó con su sangre», finalizó.
Deje su Comentario