Buenos Aires (Miércoles, 10-10-2012, Gaudium Press) Durante la Eucaristía de clausura de las Jornadas Marplatenses por la Vida y la Familia, el Obispo de Mar del Plata, Mons. Antonio Marino, pidió a los católicos «no quedarse en la denuncia ni en el desaliento» y «comprometerse activamente en la promoción de la cultura de la vida».
Mons. Antonio Marino. |
Este llamado es fruto de una «cruel paradoja», en palabras del prelado: mientras se reclama respeto por los derechos humanos, «nos hallamos ante la más sombría contradicción del primero y más fundamental de esos derechos: el derecho a la vida». Esta promoción de la cultura de la muerte está inspirada en un «egoísmo de base», alertó el Obispo.
Mons. Marino criticó la posición de los juristas que han aprobado el aborto, enviando un mensaje errado a la sociedad: «Magistrados del más alto rango nos instruyen diciendo que la mujer tiene pleno derecho sobre su propio cuerpo», denunció, recordando a continuación que la ciencia demuestra que desde la concepción existe una nueva vida humana, diferente a la de la madre. «Entre el ser humano recién concebido y el hombre adulto no hay diferencia ontológica alguna», explicó el Obispo, «sino tan sólo distancia de tiempo y desarrollo de potencialidades. No estamos ante un ser humano en potencia, sino ante la dignidad inviolable de un ser humano en acto».
El prelado denunció la manipulación de la información en torno al tema, las estadísticas que no corresponde a la realidad y la argumentación que desconoce la dignidad humana y la verdadera naturaleza del aborto. Ante este panorama, afirmó, «los cristianos no nos quedamos en la denuncia ni en el desaliento. Lo primero es sólo una parte y lo segundo niega la virtud fundamental de la esperanza».
Por este motivo alentó a los fieles a trabajar en el apostolado de la defensa de la vida. «Nuestros encuentros, jornadas y congresos tienen la finalidad de la toma de conciencia en orden al compromiso», comentó Mons. Marino. «Ante la cultura de la muerte nos comprometemos activamente en la promoción de la cultura de la vida». El Obispo reiteró además que este compromiso debe expresarse también en la defensa del «derecho de los padres de educar a sus hijos según sus convicciones morales» y «el genuino concepto del matrimonio y la familia».
Con información de AICA.
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