Roma (Lunes, 15-10-2012, Gaudium Press) El Hermano Álvaro Rodríguez Echeverría nació en San José de Costa Rica el año 1942, y es desde el 2 de junio de 2000 Superior General de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, más conocidos como lasallistas. Se graduó en el Colegio De La Salle de Panamá en 1959. Ingresó en el Instituto en el Distrito de Centroamérica en 1959 e hizo la Profesión Perpetua el 31 de enero de 1968. A lo largo de los años ha ejercido como profesor, Director, Visitador Auxiliar, Vicepresidente de la Región Latinoamérica Lasallista y Visitador del Distrito de Centroamérica. En 1993 fue elegido Vicario General y en el 2000 Superior General, siendo posteriormente reelegido como tal. Estudió Filosofia en la Universidad La Salle de México y Ciencias Religiosas en Salamanca.
Hno. Alvaro Rodríguez, FSC |
Como buen costarricense, el sucesor de San Juan Bautista de la Salle es optimista y confía en la juventud, a cuya educación y evangelización ha entregado su vida en el servicio del carisma del gran santo francés del siglo XVII.
Gaudium Press: ¿No es la primera vez que participa Ud. de un Sínodo verdad?
Hno. Alvaro Rodríguez: No. Es la tercera vez que participo como Auditor en una Asamblea General del Sínodo de los Obispos.
GP: ¿Cuáles fueron los otros dos Sínodos en los que ha participado?
Hno. Alvaro: El Sínodo sobre los Obispos y el Sínodo sobre la Eucaristía.
GP: Una trilogía muy completa…
Hno. Alvaro: Sin duda.
GP: ¿Y cuál es su impresión al finalizar esta semana?
Hno. Alvaro: Ha sido una semana muy rica. El tema de la Nueva Evangelización hoy es muy importante, muy actual. Hay distintas visones pero yo creo que complementarias. Y creo que sobre todo hay un deseo de que debemos hacer algo para volver al Evangelio como lo central de nuestra Fe y a Jesucristo como la inspiración que debe motivarnos permanentemente.
GP: ¿Qué aportan los hijos de San Juan Bautista de la Salle a este Sínodo?
Hno. Alvaro: Yo creo que el trabajo que tenemos con los jóvenes. Y creo que uno de los aspectos de la Nueva Evangelización es precisamente el trabajar con jóvenes. El trabajar con jóvenes no solo como objetos o como receptores de la Nueva Evangelización sino como sujetos activos de la Nueva Evangelización. Precisamente Juan Pablo II decía que los mejores apóstoles de los jóvenes deben ser los jóvenes y creo que esta es nuestra labor: motivar a los jóvenes para que vivan el Evangelio, una Fe activa en la práctica del amor
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