Ciudad del Vaticano (Miércoles, 17-10-2012, Gaudium Press) La Iglesia universal, representada especialmente en el Sínodo de los Obispos, comparte numerosos aspectos de la vida de fe de los pueblos. Como aporte al tema de la Nueva Evangelización y la Transmisión de la Fe, centro de la reflexión de los Padres Sinodales, el Arzobispo de León, México, Mons. José Guadalupe Martín y el Secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, Mons. José Octavio Ruiz, llamaron la atención sobre la importancia de la piedad popular para la extensión y práctica de la fe.
La peregrinación de 17 días al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe fue puesta como ejemplo de piedad popular y Nueva Evangelización. |
«En el magisterio latinoamericano hay frecuentes referencias al valor pastoral de la piedad popular», expresó Mons. Martín a los demás Padres Sinodales. El prelado advirtió que, si bien hay que purificar las prácticas populares y encaminarlas hacia la creación de una cultura verdaderamente evangelizadora que transforme las costumbres en orden al Evangelio, su promoción y adecuado acompañamiento producen grandes beneficios a la Iglesia.
«La Diócesis de Querétaro, en México, organiza una peregrinación anual a la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Este año se cumplieron ya 122 años», compartió el prelado con los Padres Sinodales de todo el mundo. «Peregrinan cerca de cuarenta mil personas, organizadas en grupos y acompañadas por sacerdotes, seminaristas y agentes laicos. Durante el trayecto, que dura 17 días, los sacerdotes celebran diariamente la Eucaristía, ofrecen el sacramento de la Reconciliación».
La peregrinación anual se convierte para esa diócesis en una oportunidad excepcional para la Nueva Evangelización. «Los frutos son de gran valor: Se intensifica el culto eucarístico por medio de la Hora Santa que se tiene cada día», continuó Mons. Martín. «La peregrinación, preparada y acompañada desde la diócesis y las parroquias, se ha convertido en una tradición que lleva a cambios positivos de vida y a mayor compromiso con la pastoral planificada».
Las manifestaciones populares de piedad son oportunidades para llevar al conocimiento de la fe y la práctica sacramental. |
En el mismo sentido, Mons. José Octavio Ruiz, Arzobispo emérito de Villavicencio, Colombia, y Secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, destacó el papel de la piedad popular y su correcto aprovechamiento. «Cuando esta religiosidad popular brota de la fe en Jesucristo y está animada por un espíritu eclesial se convierte, además, en verdadera piedad del pueblo de Dios, en un medio valioso y eficaz para transmitir el evangelio y reavivar la fe en los alejados», destacó el prelado.
En muchas regiones, y más aún en el contexto cultural secularista, expuso Mons. Ruiz, las expresiones populares se convierten en «un testimonio perenne de la innegable sed de Dios presente en todo hombre». La adecuada guía de la Iglesia canaliza esta necesidad hacia sus verdaderos fines y la puede hacer «escenario de la Nueva Evangelización, de modo que la fe que busca expresar, llegue a ser madura y auténtica».
El prelado indicó varias formas en las cuales la Iglesia acompaña y da forma a la piedad popular. «En primer lugar, iluminando las prácticas de devoción para que sus intenciones coincidan, en significado y jerarquía, con las verdades de la fe y su consecuente exigencia moral», expresó el Secretario del Dicasterio.
Un segundo compromiso necesario es «la decidida acción de los pastores quienes han de acompañar estas devociones según la verdad», explicó Mons Ruiz. La rectitud debe garantizarse en todo momento, «aún a costa de renunciar a ciertos beneficios que el mantenimiento de algunas de ellas podría comportar». Para esto, la tercera acción es muy útil: «Enseñar eficazmente la trabazón cristiana existente entre piedad popular y la naturaleza de la liturgia».
«Orientar las distintas manifestaciones de piedad del pueblo de Dios hacia la inteligencia de la fe y hacia la práctica sacramental ha de constituir una de las tareas que, con gran solicitud, han de tener en cuenta los pastores de la Iglesia para aprovechar la piedad popular como escenario de la Nueva Evangelización», concluyó el prelado.
Con información de Agencia Zenit.
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