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Ciudad del Vaticano (Jueves, 18-10-2012, Gaudium Press) El cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos hizo una intervención en el Sínodo de los obispos ayer de mañana con el deseo «de la renovación de la comunión en la Iglesia que dice respecto a su dimensión carismática y su dimensión jerárquica». La dimensión carismática es «manifestada en particular por la vida consagrada, que representa para los Obispos un recurso precioso y un desafío».
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| Cardenal Marc Ouellet |
«En las relaciones entre jerarquía y vida consagrada surgieron no pocos problemas: algunas veces por una cierta ignorancia de los carismas y de su papel en la misión y la comunión eclesial; otras veces por la inclinación de algunos consagrados en la contestación del Magisterio».
El Card. Ouellet invitó a actualizar el documento «Mutuae Relationes» sobre las relaciones entre los obispos y los religiosos en la Iglesia, que observa: «Grave error sería tornar independientes -y mucho más grave el oponer entre ellas – la vida religiosa y las estructuras eclesiales, casi como si pudiesen subsistir como dos realidades distintas, una carismática, otra institucional; mientras ambos elementos, o sea, los dones espirituales y las estructuras eclesiales, forman una única, aunque compleja, realidad (cf. LG 8)» (MR 34).
«La nueva evangelización, por tanto – concluyó el purpurado, puede encontrar un posterior punto de fuerza en la renovación de las relaciones entre obispos y consagrados.»
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