Santiago (Martes, 06-11-2012, Gaudium Press) En el Día de Todos los Santos, víspera de la celebración de los Fieles Difuntos y fecha en que tradicionalmente los chilenos acuden a los camposantos, cientos de personas llegaron hasta el Cementerio General para recordar a sus seres queridos que han fallecido y cuyos restos mortales allí descansan.
Mons. Ezzati se dirige a los fieles |
Hasta ese lugar llegó también el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, para compartir con los fieles la Santa Misa y una pequeña reflexión sobre el sentido de esta antigua celebración de la Iglesia. «Los difuntos son parte de nosotros mismos, son parte de nuestro amor y de nuestros afectos», expresó al inicio de su homilía el obispo.
En su mensaje, recordó a los presentes que «la fe cristiana nos enseña que la vida no termina, se transforma». Por eso este lugar se llama cementerio, dijo monseñor Ezzati, aludiendo a que en su origen, «la palabra refiere a una semilla o el lugar donde se echa en la tierra una semilla, que está llamada a dar fruto abundante».
Y agregó: «Nuestra relación con nuestros difuntos está entonces fundada en la fe de la resurrección, en la fe que todos participaremos algún día de la vida de Jesucristo», manifestó el pastor.
En este mismo sentido destacó que «unir la visión de los santos que están en el cielo y mirar a nuestros difuntos se vuelve una mirada de fe muy profunda que nos vuelve a lo esencial de nuestra vida». Por ello «todos los cristianos, aunque seamos pecadores y estemos en camino, son llamados por San Pablo, santos. En esta realidad humana, Cristo ha injertado su vida divina».
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