Arquidiócesis de Salvador, en Brasil, abre las inscripciones para Concurso de Pesebres

Salvador (Miércoles, 07-11-2012, Gaudium Press) La Arquidiócesis de Salvador, estado de Bahía, Brasil, con la intención de celebrar el nacimiento del niño Jesús, está promoviendo por segundo año consecutivo un concurso de pesebres.
La iniciativa forma parte del proyecto ‘Salvador, ciudad natal de Brasil’, y tiene como objetivo animar a las familias, las comunidades parroquiales e instituciones a elaborar pesebres y, así, dar alabar al Niño Jesús.

Para participar, es necesario enviar una fotografía del pesebre montado, con las figuras de Jesús, María y José, al e-mail: [email protected] hasta el día 10 de diciembre.

Este año serán distinguidas tres tipos de categorías: la Residencial, para pesebres montados en casas; la Parroquial, para los montados en iglesias (parroquias, comunidades y capillas); y la Institucional, para aquellos montados en instituciones como casas comerciales, facultades, ‘shoppings’ y supermercados.

Costumbre antigua

El pesebre es la representación del nacimiento de Jesús y fue montado por primera vez en 1223, por San Francisco de Asís. En aquella ocasión, en vez de festejar la noche de Navidad en la Iglesia, como era su hábito, el Santo celebró en la floresta de Greccio, adonde mandó transportar las imágenes del Niño Jesús, de María y José, un pesebre, un buey y un burro, y utilizó esa dinámica para explicar mejor la Navidad a las personas comunes, campesinos que no conseguían entender la historia del nacimiento de Jesús.

La costumbre se esparció entre las principales Catedrales, Iglesias y Monasterios de Europa durante la Edad Media, comenzando a ser montado también en las casas de Reyes y Nobles ya durante el Renacimiento. En 1567, la Duquesa de Amalfi mandó montar un pesebre que tenía 116 figuras para representar el nacimiento de Jesús, la adoración de los Reyes Magos y de los pastores, y el cantar de los ángeles.

Fue ya en el siglo XVIII que la costumbre de montar el pesebre en las casas comunes se diseminó por Europa y después por el mundo. También en el estado de Bahía la tradición es grande, como herencia de nuestra historia cristiana y católica.

Con informaciones de la Arquidiócesis de Salvador.