viernes, 22 de noviembre de 2024
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Padre De França: El Papa gustaba mucho de las reuniones de la Comisión Teológica Internacional

Río de Janeiro (Viernes, 09-11-2012, Gaudium Press) En el marco del II Simposio Internacional sobre el Pensamiento de Joseph Ratzinger que se desarrolla en Río de Janeiro, promovido por la Fundación Vaticana Ratzinger-Benedicto XVI, Gaudium Press conversó con el Padre Mario De França Miranda, S.I, sacerdote brasileño miembro de la Comisión Teológica Internacional, quien realizó una importante exposición en el evento.

Las diversas experiencias del Padre De França tenidas con el entonces Cardenal Ratzinger particularmente en al interior de la Comisión Teológica, ayudan a acercarnos mayormente a esa altísima personalidad intelectual y humana que es el Papa. A continuación, algunos trechos de las palabras del sacerdote jesuita:

Bien, yo del Cardenal Ratzinger de la Comisión Teológica Internacional quedé con el recuerdo de un hombre muy atento a nuestras discusiones, muy respetuoso, no hablaba, él sabía más que todos nosotros pero no hablaba. Sólo entraba en la discusión cuando alguna cosa quedaba así ‘sin avanzar’, entonces él hacía una intervención ayudando a la gente en la reflexión. Pero él no tenía la preocupación de mostrar su conocimiento, él se quedaba callado como si fuese una persona que estaba aprendiendo.

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El entonces Cardenal Ratzinger

Ahora, la impresión que nosotros tuvimos es que él gustaba bastante de la Comisión Teológica [Internacional]. Él gusta de la teología, él gusta de los debates teológicos. Él gusta de ver personas trayendo datos de la teología, de la tradición, porque yo imagino que aquél trabajo de él como prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, es un trabajo en ocasiones muy prosaico para él, problemas del clero, esas cosas pequeñas, y cuando él venía a nuestra Comisión él estaba ‘en su elemento’, era el profesor que estaba de nuevo ahí.

Después una persona muy educada, muy tímida. Pero muy delicada, muy cordial. Cuando él presentaba alguien al Papa él hacía cuestión de elogiar, de decir unas palabras positivas, es decir, es una persona vuelta para los otros, eso se notaba enseguida. Yo diría, un hombre muy espiritual.

Hasta en la percepción de los miembros de la Comisión Teológica, uno veía que él percibía las personas que sintonizaban más, que vivían más. Y los nombramientos de varios miembros de la Comisión Teológica prueban eso. (…) Entonces, Ratzinger percibía a esas personas que vivían la fe con más profundidad, que no era mera teología, sino que era también la expresión de una vivencia.

Él además de eso era una persona muy humana. Yo una vez tuve que ir a Roma, con un problema de una persona por la que yo tenía que interceder junto a la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe. Yo pregunté para el hoy Cardenal George Cottier: «Gustaría de hablar con alguien para defender una persona». Él se volteó para mí -él hacía funciones de secretaría para Ratzinger- y me dijo: «La persona más humana de la Sagrada Congregación se llama Joseph Ratzinger. Usted va a tener que conversar con él». Y después de la misa nosotros conversamos un poco, y él mostró una gran comprensión, dijo «Padre, vamos a evitar problemas, todo lo que usted pudiese hacer la Sagrada Congregación agradece, para evitar un caso más en la Iglesia. Nosotros no queremos eso, eso perjudica la imagen de la Iglesia, de manera que lo que usted pudiere hacer…» E aún jugó, diciendo «mire esa persona está diciendo eso (era una persona de espiritualidad agustiniana), ¿cómo estará San Agustín en el cielo viendo a esa persona diciendo esas barbaridades?» y así, dio una sonrisa así como quien dijese ‘vamos a intentar aliviar eso’. Eso marca mucho a la persona.

O entonces por ejemplo, en una de las ocasiones en que [en el seno de la Comisión Teológica Internacional] la gente discutía, discutía, discutí y no llegaba a un punto, ninguno esperaba que él dijese aquello, él pidió la palabra (él hablaba en francés siempre, cuando la cosa era más simple. Cuando era algo muy delicado, él hablaba en alemán) y esta vez habló en francés y dijo: «Vamos a tener la humildad y reconocer que ninguno de nosotros tiene la respuesta para esa cuestión. Tal vez de aquí a 50 años la Iglesia va a tener». Oiga, dicho por él… ahí paró la discusión. Es decir, es un hombre humilde.

De manera que lo que yo guardo de recuerdo, es de una persona muy espiritual y rezo mucho por él, la situación de la Iglesia que él tomó no es fácil.

– Gaudium Press: Pero es una ocasión de alegría muy grande, usted haber tenido la oportunidad de haber hecho esta ponencia brillante que hizo ahora en este congreso…

Yo hice esto con gusto, porque yo tengo mucha admiración por el Papa, y creo que de hecho su pensamiento debe ser más conocido. Hay tanta cosa para leer, algunas cosas de él yo conocía, otras no. Yo una vez dije para él: «sus apostillas de Alemania yo leí». Él quedó espantado -yo hice teología en Austria- y las apostillas de Alemania venían a Austria, sobre la eucaristía, sobre la creación. Ahora, no consigo hablar en alemán con él, siempre lo hago en francés…

Gaudium Press / Antonio Jakos Ilija

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