Ciudad del Vaticano (Martes, 13-11-2012, Gaudium Press) Una nueva institución que estará bajo la responsabilidad del Consejo Pontificio para Cultura fue creada por el Papa Benedicto XVI, mediante un «motu próprio». Se trata de la Academia Pontificia de Latinidad, que tendrá el objetivo de promover la lengua y la cultura latina, para uso en el ámbito eclesiástico.
La academia estará compuesta de 50 miembros. Ivano Dioigi, especialista en latín, también rector de la Universidad de Boloña, fue nombrado presidente; como secretario ha sido nombrado el sacerdote Roberto Spataro. En una entrevista al Vatican Insider el sacerdote explica cuál es el significado de instituir una academia para el latín, en la época del Twitter:
–Respondo antes que nada con una afirmación: El twitter es un instrumento que impone una comunicación rápida. El latín comparado con la lengua moderna, expresa un concepto, un género, adopta menos palabras. Si digo en inglés «the corruption of the best one is horrible», en latín, al contrario de las ocho palabras en inglés, son suficientes tres palabras: corruptio optimi pessima.
El latín es una lengua que ayuda a pensar con claridad, precisión y sobriedad. Pero, el motivo principal que ha determinado al Santo Padre a instituir esa Academia es todavía más profundo: usted no puede y no debe quebrar la ligación con las raíces de la cultura humanista que fue expresa en latín, nacida del mundo greco-romano, que floreció con el cristianismo, la profundidad del Humanismo, y ha producido un excepcional patrimonio de ciencia, de sabiduría y de fe.
El Papa Benedicto XVI justifica la creación al afirmar que es muy importante la promoción del latín y que otros antecesores suyos ya habían trabajado en ese sentido. Y subrayó la importancia de esa lengua en las diversas disciplinas eclesiásticas: «Ahora, el conocimiento del latín y de la cultura latina también resulta necesario para el estudio de las fuentes que afectan innúmeras disciplinas eclesiásticas, como la teología, la liturgia, la patrística y el Derecho Canónico».
El Motu Próprio, que se podría traducir como «de su propia iniciativa», es un conjunto de normas expedidas directamente por el propio Papa. Eso quiere decir, que es una materia decidida personalmente por el Sumo Pontífice y no por un consejero o un cardenal. Y es presentado, normalmente, en forma de decreto. El primer Motu Próprio remonta al Papa Inocencio VIII, en el año 1484. (JHN)
Con informaciones del Vatican Insider.
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