Bogotá (Martes, 13-11-2012, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en cabeza de su Secretario General, Mons. José Daniel Falla, rechazó la inclusión del medicamento Misoprostol, que se utiliza como método de aborto químico, dentro del Plan Obligatorio de Salud (POS) en Colombia.
Mons. Falla, en rueda de prensa realizada la semana pasada, dijo a los medios de comunicación que es importante «andar con la verdad» y que «no se ha dicho la verdad con el Misoprostol».
Sobre ello, leyendo una comunicación, expuso: «Las autoridades sanitarias del Estado han hecho pública su inminente voluntad de incluir el Misoprostol en el Plan Obligatorio de Salud (POS) para procurar la práctica del aborto de seres humanos vivos en la fase prenatal de su existencia. Al respecto es nuestro deber reafirmar que la inclusión del Misoprostol en el POS es una medida tanto médica, como jurídicamente improcedente».
Mons. José Daniel Falla |
Explicó que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) ha dicho en diversas ocasiones que no acepta el uso de este medicamento para el caso de fetos humanos vivos. «Las actas del INVIMA, en la sala especializada de medicamentos y productos biológicos de la Comisión Revisora expresa claramente que para el principio activo Misoprostol han sido aceptadas únicamente las indicaciones de interrupción del embarazo con feto muerto y retenido», añadió.
Por otra parte, continuó el Secretario General de la CEC, «las actuaciones administrativas de las autoridades sanitarias finalizadas a incluir el Misoprostol en el POS se fundamentan en la reglamentación de las sentencias C355, establecida en el decreto 4444 de 2006, el cual se encuentra suspendido por el Consejo de Estado. Dicha suspensión afecta a todas las normas que quieran reproducir las mismas disposiciones suspendidas».
Dijo, además, que desde una perspectiva médica, es necesario evidenciar que dicho medicamento ya es utilizado el Colombia como un método de aborto químico, y se ha demostrado que su uso «no garantiza la expulsión del embrión en su totalidad, particularmente a partir de la octava semana».
Finalmente dijo que es deber, no sólo de la Iglesia, sino de los ciudadanos en general, «pedir a las autoridades sanitarias del Estado que se informe a las mujeres que el Misoprostol las deja en una situación de riesgo exponiéndolas al desarrollo de infecciones ginecológicas que podrían terminar, incluso, en la extracción de su útero».
La rueda de prensa contó con la presencia de la doctora Danelia Cardona, quien asumió recientemente la dirección del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la CEC.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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