La Habana (Miércoles, 21-11-2012, Gaudium Press) En un artículo difundido recientemente a través de redes sociales, la líder disidente cubana Martha Beatriz Roque, de la Fundación de Madres, Familia y Futuro, denunció la campaña estratégica que el régimen comunista de Cuba realizó en contra de la familia. El objetivo del régimen era debilitar la transmisión de valores para poder implantar una nueva ideología en niños y jóvenes.
Los niños cantan «somos pioneros del comunismo, seremos como el Ché” al iniciar las clases en Cuba. |
«Para poder consolidar y perpetuar un régimen dictatorial como este, desde su inicio se precisaba disponer de la juventud, lo cual garantizaría la manipulación social a largo plazo», explicó la activista; «al igual que la pérdida de la autoridad de los padres y la destrucción de la familia, que siempre fue un objetivo prioritario». Según la denuncia, el deterioro de los valores en la sociedad cubana no es un proceso puramente espontáneo.
El Gobierno cubano quería modificar toda la estructura social y cambiar completamente la cultura, motivo por el cual «surge la necesidad de eliminar, o al menos debilitar, la transmisión de valores morales a través de la familia, y entre otros: las instituciones religiosas, los textos escolares, los medios de difusión, las escuelas y cualquier otro tipo de asociación privada». Las políticas del régimen fueron abiertamente contrarias a la Iglesia, y los fieles católicos sufrieron represión y discriminaciones.
La nuevas generaciones nacidas bajo la revolución, fueron cada vez más separadas de sus padres a través de disversas actividades y la educación fue completamente intervenida para eliminar los contenidos con la excusa de que «propagaban supuestos intereses burgueses». Roque denunció la declaración de mayoría de edad a los 16 años como herramienta para manipular el voto y la inclusión de jóvenes «en guerras bajo el llamado ‘internacionalismo’ en diferentes países de África y América Latina, enlutando a la nación cubana».
Las fiestas religiosas fueron eliminadas por decretos y las asociaciones no oficialistas fueron prohibidas. «El Estado creó instituciones para el control y adoctrinamiento de los niños y jóvenes como la Unión de Pioneros (UPC) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)». Los padres de familia perdieron la potestad de elegir el tipo y contenido de la edicación de sus hijos.
«Los resultados de más de medio siglo después, indican que hubo una ruptura en la difusión de los valores morales y se puede afirmar que tres generaciones de cubanos con menos de 60 años, se han formado sin la autoridad necesaria y efectiva de los padres y de la familia», afirmó Roque en su artículo de denuncia.
Según refirió la disidente, hoy se trabaja para recomponer los lazos familiares que «en algunos casos, pese a la distancia, volvieron a restablecerse» y se proyecta una acción en red para deshacer la intervención política sobre la familia. La intención es, explicó, «velar por el futuro de la familia cubana, brindándole apoyo para el alcance de su progreso y bienestar; así como trabajar arduamente para recuperar los valores morales perdidos, las buenas costumbres y el amor al prójimo».
Con información de ACI.
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