Redacción (Viernes, 23-11-2012, Gaudium Press) Las siguientes son las siete explicaciones que demuestran la importancia del latín para los estudios tomistas.
La primera explicación es el hecho de que Tomás de Aquino es uno de los mayores pensadores y humanistas de toda la historia. Sin la rica obra producida por el Aquinate difícilmente la humanidad habría conseguido avanzar en muchos campos del conocimiento, como, por ejemplo, la teología, la filosofía y el derecho. Como bien observa Paulo Faitanin la obra de Tomás de Aquino está abierta a dialogar con las «verdades de cualquier época».[20] Sin contar que el Aquinate es una influencia notable dentro del pensamiento contemporáneo,[21] consiguiendo provocar un raro y fructífero diálogo, por ejemplo, con Martin Heidegger (tomismo heideggeriano), con la fenomenología (tomismo fenomenológico), con el existencialismo (tomismo existencial), con la lógica (tomismo lógico) y más recientemente con la filosofía analítica (tomismo analítico).
La cuestión central es que, como bien resalta Nestor Dockhorn,[22] Tomás escribió una vasta obra, desde pequeñas producciones poéticas litúrgicas hasta obras de gran aliento. Los himnos eucarísticos ‘Lauda Sion’ y ‘Pange lingua’ (en el cual se inserta el conocido Tantum ergo) son dignos de estudio, por su contenido y por su métrica. Además, escribió obras filosóficas, tales como: ‘De ente et essentia’, ‘De aeternitate mundi’, ‘De veritate’, ‘De malo’ y otras. Trabajó con varios textos de Aristóteles. Sus obras más importantes fueron la ‘Summa contra gentiles’ (que es una exposición del Cristianismo dirigida a no creyentes) y la ‘Summa theologiae’, también llamada ‘Summa theologica’. Esta última se presenta como una obra didáctica destinada a ayudar a los estudiantes iniciales de teología y filosofía. En verdad, es una de las obras más profundas y extensas que fueron escritas en el campo de la teología filosófica. Su lógica, su división en partes, su raciocinio son admirables.
Entretanto, todo el llamado ‘corpus tomista’, o sea, el conjunto de la obra producida por el Aquinate, es en latín. Para la producción de su obra intelectual Tomás utilizó el latín medieval. Como resalta Jean Lauand [23] el latín medieval se alimenta no solo del latín de la antigüedad clásica, sino también de la vida litúrgica; no era una lengua muerta -como muchos seguran hoy-, sino que estaba desarrollándose vivamente, de forma continua. A su vez, Tomás de Aquino, sumergiéndose en la cultura medieval y clásica, cuida de no emplear esa lengua con carácter técnico, artificial, terminológico, sino mantenerla con la viveza de un lenguaje corriente, natural.
Para un estudioso o un iniciante en las reflexiones contenidas en el corpus tomista es de suma importancia el conocimiento del latín. Aunque el investigador no tenga un dominio pleno del latín -en gran parte debido a todas las sutilezas y excepciones contenidas en la lengua latina- es preciso conocer un poco de esa lengua para poder realizar una lectura y una investigación más apropiadas.
Santo Tomás de Aquino, Catedral de Notre Dame de París, Francia |
La segunda explicación es que a pesar de que en muchas partes del mundo, especialmente en Europa y en los EE.UU., hay buenas traducciones de algunas obras del Aquinate, especialmente de la Summa contra gentiles y de la Summa theologiae, el hecho es que son pocos los países que poseen la traducción completa del corpus tomista. La gran mayoría de los países y, por consiguiente, de las lenguas, poseen una traducción limitada del corpus tomista. Sin contar que existe un gran número de lenguas y ambientes -especialmente los confines tribales, aislados y de difícil comunicación tecno-cultural- que simplemente no poseen la traducción de ninguna obra del Aquinate.
Por esos factores se torna fundamental el conocimiento del latín. Sin el conocimiento de esa lengua es prácticamente imposible una buena discusión del ‘corpus tomista’.
La tercera explicación es la íntima relación entre Tomás de Aquino y la escolástica medieval y la escolástica moderna -que nace al final del siglo XVIII y llega hasta el siglo XXI- también conocida como neo-escolástica. Para presentar esa explicación serán desarrollados dos argumentos.
El primero es que la escolástica medieval tiene su punto áureo y su apogeo con la obra producida por Tomás de Aquino. [24] Y como fue visto anteriormente, esa obra fue producida en lengua latina. Para conocer y pesquisar, con profundidad, la escolástica y su mayor figura, el Aquinate, es preciso tener cierto dominio del latín.
El segundo es que a pesar de que las investigaciones realizadas por la neoescolástica, en gran medida, son en lengua vernácula, el latín es fundamental para la comprensión de esas investigaciones. Sin el latín es difícil o casi imposible que haya un entendimiento sobre los conceptos y la discusión intelectual que está siendo desarrollada. El dominio del latín es fundamental para el dominio del contenido presente en los debates trabados por los neo-escolásticos.
La cuarta explicación es la necesidad de comprender, de forma clara y precisa, los conceptos desarrollados por Tomás de Aquino. Él pensó, escribió y produjo su obra en latín. Muchas veces redefine antiguos conceptos, oriundos de la antigüedad, o elabora nuevos. Un buen ejemplo es dado por Renato Cancian.[25] Según él, Tomás elabora una sofisticada discusión en torno al concepto de intelecto. Para Cancian, el Aquinate partió del principio de que los seres humanos, al contrario de los animales, tienen la capacidad del intelecto o entendimiento (en latín intellectus). La palabra latina intellectus deriva del verbo intelligire y se traduce, vulgarmente, por entender, pero, en el latín de Tomás de Aquino, es un verbo de uso mucho más general que corresponde, aproximadamente, a nuestro pensar. A partir de esa discusión Tomás hizo consideraciones respecto a la división y el método o modo de proceder de las ciencias teóricas. Se trata de reflexiones que permanecen actuales. Esas y otras reflexiones que fueron realizadas por el Aquinate solo pueden ser totalmente comprendidas si hay cierto dominio de la lengua latina. Es muy difícil entender la amplia complejidad de los conceptos tomistas si no hay dominio del latín. Por eso, el latín se vuelve fundamental.
La quinta explicación es toda la rica tradición de investigaciones de neotomismo. Una tradición que remonta al final del siglo XVIII y llega, con gran vigor, al siglo XXI. El neotomismo es profundamente orientado por el principio de que la obra de Tomás de Aquino es perenne, o sea, constante. Por eso, al contrario de lo que muchos críticos afirman, ella no es prisionera de la Edad Media. Se trata de una obra capaz de orientar, a lo largo de los siglos, a todos los pensadores que, libres de los preconceptos ideológicos que rigen la modernidad, estudien los problemas que angustian al ser humano, siendo, para tanto, «enteramente sustentados por Tomás». [26]
Gracias a esa sustentación fue posible el surgimiento de importantes pensadores contemporáneos, como, por ejemplo, Étienne Gilson, Jacques Maritain, Cornelio Fabro, Anthony Kenny, Peter Thomas Geach y John Haldane. Esos pensadores solo consiguieron realizar sus reflexiones -cada una teniendo su propio objeto de estudio- gracias a la influencia de Tomás de Aquino.
Entretanto, el neotomismo y cualquier otra corriente que estudie a Tomás en el siglo XXI tiene que tener cierto dominio del latín. Solo es posible comprender profundamente el corpus tomista y, por consiguiente, aplicarlo a pesquisas contemporáneas, si hay un amparo en la lengua latina. El estudio de esa lengua se torna casi obligatorio a todos los que desean realizar una seria pesquisa de corte neotomista.
La sexta explicación es la recomendación, dada por la Santa Sede,[27] que la obra de Tomás de Aquino, especialmente la Summa theologiae, debe ser enseñada, reflexionada y comprendida en las universidades, escuelas, seminarios, monasterios, conventos y demás centros de estudios católicos. Además, dentro de los límites previstos por la legislación de cada país, esa obra también debe ser enseñada dentro de los centros de enseñanza (universidades, escuelas, institutos tecnológicos, etc.) seculares y civiles.
La enseñanza de la obra del Aquinate en los diversos ambientes de estudios y pesquisas solo traerá el enriquecimiento y el mejoramiento de la cultura humanística. Entretanto, se debe enseñar y, al mismo tiempo, reflexionar la obra del Aquinate dentro de la dinámica interna de cada cultura y de cada lengua vernácula, sin jamás descuidar las «lecciones de la lengua latina».[28] En el estudio de Tomás de Aquino se debe siempre llevar en cuenta la lengua latina como una de las fuentes de inspiración y de comprensión de Tomás de Aquino.
La séptima y última explicación es el hecho de que la obra de Tomás de Aquino esté siendo utilizada, por pensadores neotomistas y de otras corrientes del pensamiento, para reflexionar y combatir los errores «filosóficos de la modernidad».[29] Como bien resaltó el Papa León XIII la «sociedad civil se encuentra en grave peligro».[30] Y ese peligro es oriundo de un gran número de doctrinas «llenas de errores y falencias»,[31] las cuales caen en lo «absurdo de afirmar que la distinción de lo verdadero y lo falso no conduce a la perfección de la inteligencia».[32] Entre esas doctrinas es posible citar, por ejemplo, el positivismo científico, el marxismo, el anarquismo y el relativismo cultural. Para combatir esos errores y restaurar la saludable diferencia entre la verdad y la falsedad es preciso tener en mente que el corpus tomista es una gran fuente «para la refutación de los errores dominantes»[33] en la sociedad.
Como fue visto anteriormente, el corpus tomista fue compuesto en latín. Por eso, para que haya una auténtica lectura de Tomás y, posteriormente, una aplicación de esa lectura al proceso de crítica y refutación de los errores doctrinarios de la modernidad, es preciso que haya un dominio, por lo menos parcial, del latín. En gran medida, un investigador que desee realizar una seria crítica -basado en Tomás de Aquino- de las ideologías que pueblan el imaginario moderno, deberá tener cierta comprensión de la lengua latina.
Es preciso tener en mente que las siete explicaciones que fueron presentadas no agotan el debate en torno a la importancia del latín para los estudios tomistas. En cierta medida, ser tomista o por lo menos simple lector de Tomás de Aquino implica también ser un estudioso del latín.
Por último, se afirma que hay una relación de mano doble en torno al debate entre Tomás de Aquino y el latín. Por un lado, Tomás de Aquino, con su vasta obra, permitió un reavivamiento del latín, tanto en el siglo XIII, época en que vivió, como también a lo largo de toda la historia de las ideas. Por otro lado, la preocupación que los estudios tomistas deben siempre tener con el latín, contribuye para que esa lengua siempre esté en el centro de las preocupaciones investigativas y, con eso, no sea una lengua muerta.
Por Ivanaldo Santos
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[20] FAITANIN, P. A Sabedoria do Amor. Iniciação à Filosofia de Santo Tomás de Aquino. Niterói: Instituto Aquinate, 2008, p. 20.
[21] VAN ACKER, L. O tomismo e o pensamento contemporâneo. São Paulo: EDUSP, 1983; FABRO, C. Santo Tomás de Aquino: ontem, hoje e amanhã. Entrevista concedida à revista Palabra, n. 103, Madri, março de 1974. In: Hora Presente, ano VI, n. 16, São Paulo, setembro de 1974, p. 246-254.
[22] DOCKHORN, N. O latim de Tomás de Aquino. op., cit, p. 3.
[23] LAUAND, J. Razão, natureza e graça: Tomás de Aquino em Sentenças, 2010, p. 12. Disponível em http://www.hottopos.com/mp3/sentom.htm. Acessado em 15/08/2011.
[24] HIRCHBERGER, J. História da filosofia na Idade Média. São Paulo: Herder, 1966;ADRIANO, J. A razoabilidade da fé: São Tomás e a Escolástica. In: Lumen Veritatis, Revista de Inspiração Tomista, n. 1, outubro/dezembro 2007, passim.
[25] CANCIAN, R. Tomás de Aquino: ciências práticas e especulativas. In: Uol Educação, 2011. Disponível em http://educacao.uol.com.br/filosofia/tomas-de-aquino-ciencias-praticas-e-especulativas.jhtm. Acessado em 15/08/2011.
[26] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico, n. 36. In:Aquinate, Niterói, n. 12, 2010, p. 117-151.
[27] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico. op., cit, n. 51.
[28] PAPA PIO X. Moto Próprio Doutor Angélico. Sobre a promoção da doutrina de S. Tomás de Aquino nas escolas católicas, n. 7. In: Aquinate, Niterói, n. 11, 2010, p. 111-120.
[29] ROVIGHI, S. V. História da filosofia contemporânea. São Paulo: Loyola, 2001, p. 649.
[30] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico. op., cit, n. 51.
[31] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico. op., cit, n. 16.
[32] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico. op., cit, n. 17.
[33] PAPA LEÃO XIII. Aeterni Patris. Da instauração da filosofia cristã nas Escolas Católicas, segundo a mente de Santo Tomás de Aquino, o Doutor Angélico. op., cit, n. 56.
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