Ciudad del Vaticano (Lunes, 03-12-2012, Gaudium Press) El Adviento nos recuerda «estar listos para la venida del Señor», observó ayer en el Ángelus el Santo Padre, en el primer domingo del año litúrgico. Explicando el sentido del tiempo del Adviento, Benedicto XVI reafirmó que los cristianos deben ser una señal del amor y de la justicia de Dios «en medio de las agitaciones del mundo, o de los desiertos de la indiferencia y del materialismo».
El año litúrgico de este año se coloca en el contexto del Año de la Fe. Al inicio el Papa explicó el sentido de las lecturas del primer domingo de Adviento que hablan sobre la espera de la segunda venida de Jesucristo.
Foto: Radio Vaticano |
El Adviento, recordó el Santo Padre, «en el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Dios, a su presencia en el mundo: un misterio que envuelve enteramente el cosmos y la historia, pero que conoce dos momentos culminantes: la primera y la segunda venida de Jesucristo», esto es, la Encarnación y el retorno glorioso al final de los tiempos.
Esos dos momentos nos hablan sobre el entero designio de salvación de Dios, que «está siempre en acto» y «requiere continuamente la libre adhesión y colaboración del hombre». La Iglesia también «vive dirigida a la memoria de su Señor» y en la expectativa «de esperanza vigilante y operosa» en su retorno. Es también un llamado dirigido a todos para «estar listos para la venida del Señor» a través de la sobriedad y oración.
«En medio de las agitaciones del mundo, o de los desiertos de la indiferencia y el materialismo, – continuó el Pontífice – los cristianos acogen de Dios la salvación y lo testimonian con un diverso modo de vivir, como una ciudad colocada sobre un monte». Son «señal del amor de Dios, de su justicia que está presente en la historia pero que no está todavía plenamente realizada, y por tanto, debe ser siempre esperada, invocada, buscada con paciencia y coraje», concluyó el Papa en el tradicional encuentro para el Ángelus.
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