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Victoria (Lunes, 10-12-2012, Gaudium Press) El Padre Peter Wilkinson, ordenado sacerdote el pasado 08 de diciembre y destinado a la parroquia de San Columba de Iona en Victoria, Canadá, manifestó su alegría de poder servir a la comunidad en la Iglesia Católica, para lo cual tuvo que renunciar a su título de arzobispo anglicano y metropolitano de Canadá. «No se trata de mí», afirmó el sacerdote. «Simplemente deseo ser un sacerdote santo y servir de esa manera los años que me quedan».
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| El P. Peter Wilkinson llega a la meta de un largo proceso hacia el servicio de Dios en plena comunión con la Iglesia. |
El P. Wilkinson, de 72 años, pese a haber llegado a ostentar un título elevado dentro de los anglicanos, nunca tuvo a su cargo una parroquia por haber sido considerado «demasiado católico». Con otros sacerdotes anglicanos fundó en 1977 la Iglesia Anglicana Católica de Canadá, creada a raíz de las decisiones sobre la ordenación de mujeres y varias reformas litúrgicas que desconocían la tradición anglicana. Allí llegó a ser obispo y metropolitano de Canadá, e hizo parte de los líderes de la Comunión Anglicana Tradicional (TAC) que solicitaron al Papa Benedicto XVI una forma de entrar en comunión plena con la Iglesia Católica de forma corporativa.
Su Santidad, a través de la Constitución Apostólica Anglicanorum Coetibus, creó la fórmula de Ordinariatos que permiten hoy a los ex anglicanos mantener sus estructuras parroquiales y una liturgia especial con algunos elementos compatibles de su tradición. Hasta el momento han sido creados tres, para Reino Unido, Estados Unidos y Australia. El P. Wilkinson es el primer sacerdote ordenado en Canadá para el Ordinariato de la Sede de San Pedro en Estados Unidos y Canadá. En un acto de humildad que causó impacto entre los anglicanos, el antes arzobispo Wilkinson fue admitido como laico en la Iglesia Católica a comienzos de 2012 y comenzó una formación especial para el sacerdocio.
Sobre esta apertura de la Iglesia Católica y la solución ofrecida por el Santo Padre, el P. Wilkinson reveló que durante las conversaciones fue muy satisfactorio descubrir que el Papa comparte el mismo convencimiento de que «los santos y la belleza son las dos grandes fuerzas de conversión de la Iglesia». Por este motivo, afirmó a National Catholic Register, les permitió conservar elementos significativos de su tradición litúrgica. «Está en nuestros huesos», expresó el sacerdote sobre las fórmulas del Libro de Común de Oración incluidas en el Misal autorizado por la Santa Sede. «Está escrito en un bello inglés sacro, usando intencionalmente un registro más alto del lenguaje».
El esfuerzo de adaptación no es fácil y requiere sacrificios, como la renuncia a los títulos y dignidades anteriores, pero el P. Wilkinson manifestó que se encuentra muy alegre por haberlo realizado: «Lo estoy disfrutando mucho», anunció con sencillez. «No me he arrepentido ni por un momento». El sacerdote agradeció especialmente al Obispo de Victoria, Mons. Richard Gagnon, en cuya diócesis servirá bajo la autoridad del Ordinariato, y al P. John Laszczyck, rector de la Catedral de San Andrés, quien celebró la Eucaristía para la comunidad anglocatólica durante el período de preparación del P. Wilkinson. «Todos han sido maravillosos», expresó.
Con información de National Catholic Register.
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