Redacción (Jueves, 20-12-2012, Gaudium Press) Vemos que el hombre puede iniciar su ascensión teniendo como punto de partida sus propias obras (Bellas Artes) [1], o a partir de la contemplación de las criaturas sentirse atraído a Dios. [2] Eso ocurre por el hecho de que él posee una sed de absoluto infundida por el propio Absoluto. [3] Esa sed verdaderamente existe y lo invita, por vías naturales, a conocer al Creador.
En el mundo hodierno puede parecer que esa sed haya desaparecido en todos los hombres, pero eso no es real, ella se conserva en los que mantuvieron en su alma la inocencia. Cierto es que en algunos ella prácticamente no se manifiesta, o mejor, ellos no sienten más sus manifestaciones, pero eso se da por el hecho de los hombres haber dejado apagar en sí el reflejo de Dios. [4]
Pero por más que vivamos cercados de edificios de concreto que opacan nuestras vistas en relación a la sublimidad existente en la naturaleza y nos prendan a una visión materialista y mecanicista de las cosas, podemos también tener una alegría de alma contemplando, por ejemplo, una puesta del sol que atrae nuestra atención y hace que nos preguntemos respecto a su causa y su significado.
Vemos, así, que esa sed de conocimiento, incluso en los días actuales, a pesar de estar muchas veces amortecida, no desapareció, sino que, constantemente, lleva al hombre a transcender las apariencias materiales de las criaturas para llegar a la Causa. [5] Dice el Libro de la Sabiduría: «… la grandeza y la belleza de las criaturas hacen, por analogía, contemplar a su Autor», [6] «pues fue la propia fuente de la belleza que las creó». [7]
Por Dartagnan Alves de Oliveria Souza, EP
(Tomado de Lumen Veritatis , jul-set 2009)
_____
[1] JOLIVET, Tratado de Filosofia III: Metafísica, Op. Cit., p. 264.
[2] S. Th. I, q. 39. a. 8.
[3] CLÁ DIAS, João Scognamiglio. La fidelidad a la Primera Mirada: Un periplo desde la aprehensión del ser hasta la contemplación de lo Absoluto. São Paulo, 2008. p. 137. Trabalho de pós-graduação (Humanidades). PUCMM. Facultad de Ciencias y Humanidades.
[4] Ibid., p. 5.
[5] Ibid., p. 135.
[6] Sb 13,5.
[7] Sb 13,3.
Deje su Comentario