San Pablo (Viernes, 21-12-2012, Gaudium Press) El Cardenal Arzobispo de San Pablo, Mons. Odilo Pedro Scherer, publicó un mensaje por ocasión de la Navidad invitando a los fieles a lanzar una mirada de Fe sobre el nacimiento del Niño Jesús. En la reflexión, el purpurado menciona a cada personaje contenido en los pesebres: el Niño Jesús, Nuestra Señora, San José, los reyes magos, la estrella, los ángeles y los pastores. (EPC)
Veamos el mensaje íntegro:
Queridos hermanos y hermanas:
Con toda la Iglesia, celebramos la solemnidad de la Navidad del Señor dentro del Año de la Fe. En esta ocasión especial, lanzamos una mirada de fe sobre el nacimiento de Jesús; de hecho, ese es un gran «misterio de la fe», que acogemos de modo humilde, reverente y agradecido.
Con María, renovamos nuestra fe en el designio salvador de Dios, que quiso venir al encuentro de la humanidad de manera tan sorprendente, enviando al Hijo eterno, para que naciese humano por medio de una mujer; con María, creemos que nada es imposible para Dios, incluso vaciarse de su gloria para someterse a las condiciones de la criatura, en el tiempo y en el espacio.
Con San José, nosotros creemos que el hijo nacido de María no fue concebido en ella por obra de hombre, sino por la acción del Espíritu Santo; por eso, es el hijo del Altísimo Dios que, por ella, nace hombre y se hace hermano de la humanidad. Con José, también creemos en la misteriosa «obra del Espíritu Santo» en María y aprendemos a admirar y amar, tanto más, a la Madre de Jesucristo y su esposo, San José, «hombre justo».
Acogiendo el anuncio del ángel a los pastores de Belén, creemos que la gloria de Dios, incluso no apareciendo, está presente en el Niño que nació de María, y a quien José dio el nombre de Jesús; es el Hijo eterno, desde siempre unido a la gloria del Padre, que se hace pequeñito y frágil para estar próximo de todos y apiadarse de la frágil condición humana, solidario con todos los que son pequeñitos y no tienen la gloria de este mundo.
Con los pastores de Belén, admiramos la gloria de Dios que se manifestó en el niño Jesús y nos alegramos con lo que oímos y nos fue transmitido sobre él, aunque no siempre comprendemos todo; con ellos, caímos de rodillas y adoramos al Niño; en él reconocemos al Pastor de los pastores, el Príncipe de la Paz; como ellos, salimos a contar, llenos de fe, lo que vimos y oímos sobre el Niño.
Con los reyes magos, venidos de Oriente, guiados por una estrella, también nosotros nos colocamos en camino, dejando la comodidad de la descreencia y el escepticismo, y salimos a la búsqueda del Hijo del Gran Rey, que nació humilde. Con ellos, dóciles a la voz de la consciencia y perseverantes, seguimos buscando hasta encontrar; con profundo reconocimiento, nos postramos delante de él y lo adoramos; y le ofrecemos, como homenaje, nuestra propia vida.
¡Y pedimos que Dios nos libre de estar indiferentes y no creyentes delante del Sublime Misterio, como tantos quedaron ya en aquel tiempo! ¡Y se cerraron a la novedad sorprendente de Dios y nada aprovecharon del don de amor que Dios envió del cielo a la humanidad!
Hoy, «¡Belén es aquí, aquí es Navidad!». ¡Dios es continuamente el «Dios que viene» a nuestro encuentro, de formas sorprendentes! Delante de él, nosotros acabamos tomando las mismas actitudes de los personajes de la primera Navidad. Cabe a nosotros, acoger o cerrar las puertas…
Si tenemos fe, debemos hacer como los pastores de Belén, que quedaron fascinados con todo lo que vieron y escucharon y salieron a contar a los otros. ¡Nosotros somos los testigos de Dios en la ciudad!
¡Hago votos de que todos tengan una santa Navidad! Navidad feliz es Navidad con fe. Así podremos alegrarnos verdaderamente y sentir la paz que el Niño Jesús nos trajo.
Cardenal Odilo Pedro Scherer
Arzobispo de San Pablo
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