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Santiago (Lunes, 24-12-2004, Gaudium Press) Durante la mañana del viernes 21 de diciembre, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, se trasladó hasta el Palacio La Moneda para encabezar la celebración de Navidad junto con las principales autoridades civiles del país. La ceremonia contó con la presencia del Presidente de la República, Sebastián Piñera, su esposa y primera dama, Cecilia Morel, varios ministros de Estado y funcionarios de gobierno.
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| Mons. Ezzati se dirige a los asistentes |
En su mensaje, el obispo manifestó su deseo de que esta Navidad «sea una fiesta de gozo y de paz para todos porque en Belén de Judá nos ha nacido el Salvador. Esta es la hermosa y gran noticia que llena este día: Dios ha venido a habitar entre nosotros; a compartir su vida con la nuestra y a invitarnos a la gran fiesta de la fraternidad. Vayamos a Belén, dejemos que la luz del Señor nos envuelva, abandonemos el miedo y dejemos que el Niño de Belén nos llene el corazón de gozo y esperanza. Él es el camino, la verdad y la vida. De Él somos discípulos y misioneros».
Y agregó: «Deseo anunciarles una buena noticia, la más hermosa y esperada noticia: Dios visita a su pueblo. En Belén nos ha nacido el Salvador, que es Cristo Jesús. Viene con el don de un amor infinito, con paz, con bondad. Es la luz que ilumina, la verdad que orienta en el camino y la vida abundante que todo hombre y mujer anhela alcanzar. Él es la esperanza que no engaña, quien revela las latitudes más verdaderas del desarrollo humano, el futuro que Chile y el mundo desean alcanzar».
La Navidad es Jesucristo
Continuando con su alocución, el prelado destacó varios dones que el país puede ofrecer al hijo de Dios recostado en el pesebre. «Le diremos que en Chile hay tanta bondad en el corazón de mucha gente; que la justicia y la solidaridad sigue floreciendo en el alma de los hombres y mujeres de nuestras ciudades y campos; que muchos jóvenes creen en un mundo más transparente y limpio, y trabajan para globalizar la solidaridad; que cada día numerosas mujeres amasan el pan de la comunión y amor hogareño; que muchos ancianos y ancianas esperan serenamente el cumplimiento de sus sueños, mientras transmiten sabiduría de vida y paz de corazón», señaló.
«En la noche santa, delante del Pesebre, pidamos que se realicen las esperanzas de paz, bienestar y justicia, para todos los hombres y mujeres de Chile. Que la paz more en las familias y cada hogar sea un recinto de respeto mutuo, de amor entrañable y de gozo por la vida. Que nada atente contra este bien esencial y que ningún engaño que se presenta hoy a través de la imagen positiva de la liberación, destruya el valor primero y esencial de la identidad de Chile», dijo.
Finalmente monseñor Ezzati rogó porque «los miembros de las comunidades, en especial los niños y los ancianos, las personas más débiles y desesperanzadas, los enfermos, los abandonados y los encarcelados, puedan sentir la caricia de Dios y el calor humano de esta fiesta. ¡Feliz Navidad!».
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