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Santa Cruz del Sur (Viernes, 21-12-2012, Gaudium Press) Mons. Canísio Klaus, obispo de la diócesis de Santa Cruz del Sur, en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, en su artículo titulado «Familias celebran la Navidad», reflexiona sobre la importancia de que los hogares cristianos vivan auténticamente las fiestas de navidad. Para el obispo, en el corre-corre de fin de año, cuando escuelas están empeñadas en hacer celebraciones de graduación, las entidades y empresas organizan confraternizaciones entre funcionarios, las familias se deparan con la necesidad de vivir el verdadero sentido de la Navidad.
El obispo recuerda que, en su origen, la Navidad es una fiesta de familia, que tuvo su inicio en una fría gruta de Belén, donde la Virgen dio a luz a su hijo primogénito, a quien José dio el nombre de Jesús. Mons. Canísio afirma que ningún otro ser humano, salvo María y José, testimoniaron el nacimiento del Hijo de Dios. Después llegaron los pastores y los sabios de Oriente.
La familia prioridad pastoral
Hablando específicamente sobre la región de Santa Cruz, su jurisdicción, el prelado resaltó que en la Asamblea Diocesana de Pastoral, realizada en el mes de noviembre, fue decidido que la evangelización de la familia deberá ser una de las prioridades de la pastoral en los próximos cuatro años. Y eso, según el obispo, es porque se entiende que las familias están pasando por un momento difícil en su existencia. Familias al estilo de la Sagrada Familia de Jesús, María y José son cada vez más difíciles de encontrar.
«También es cada vez menor el número de familias que cultivan los valores cristianos y enseñan los fundamentos de la fe a sus hijos. Por eso, es bonito ver familias que organizan un pesebre o montan un arbolito en sus casas para aguardar el día de la Santa Navidad. Mejor todavía si el lugar central es ocupado por el Niño Jesús y no por Papá Noel. Si existe Papá Noel es para prestar homenaje al niño que nació en el abandono de una gruta en los alrededores de Belén», evalúa.
Finalmente, Mons. Canísio cree que es oportuno que las familias hablen del Niño Jesús a sus hijos, mostrándoles las imágenes de María y José junto al niño, de los pastores y los magos que vinieron de Oriente para adorar al Rey de los Judíos. Él explica que los regalos que las personas intercambian entre sí o que «son traídos por Papá Noel» tienen por finalidad dar más alegría a la noche de la Navidad. Ellos traen alegría, pero también deben promover la paz entre las personas y reforzar el himno de los ángeles: «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres por Él amados».
«Deseo, pues, que las celebraciones de la Navidad traigan paz y alegría a todos los hogares. Que ninguna persona quede excluida de las conmemoraciones del nacimiento de Jesucristo. Y que el Niño Jesús, nacido en Belén, encuentre abrigo y acogida en cada corazón humano y en cada familia», concluye el obispo.
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