Ciudad del Vaticano (Jueves, 27-12-2012, Gaudium Press) «Estamos completamente ‘llenos’ de nosotros mismos, de modo que no resta ningún espacio para Dios. Debido a eso, no hay ni siquiera espacio para los otros, para los niños, para los pobres, para los extranjeros». La gran cuestión moral de la presencia de Dios en nuestras vidas y el sentido profundo de la Encarnación del Verbo fue el tema de la homilía de Benedicto XVI en la Misa de la Noche de Navidad, celebrada en la Basílica Vaticana.
«La gran cuestión moral sobre ¿cómo nos dirigimos a los refugiados y los inmigrantes tiene -dijo el Papa durante la homilía- un sentido todavía más fundamental: reservamos de hecho un lugar para Dios, cuando Él intenta llegar hasta nosotros? ¿Tenemos tiempo y espacio para Dios?»
El Papa celebró la misa de la Noche de Navidad a las 22:00 horas |
Benedicto XVI manifestó su oposición a esa «no existencia» de Dios en el mundo moderno.
«No hay lugar para Él. Incluso en nuestros sentimientos y deseos no hay espacio para Dios. Nos queremos solamente a nosotros mismos, deseamos aquello que podemos tocar, la experiencia de la felicidad, el éxito de nuestros proyectos personales y de nuestras intenciones».
El Santo Padre llamó a los fieles a la conversión que debe «llegar realmente hasta la profundidad de nuestro relacionamiento con la realidad», por tanto con Dios, con el prójimo y la sociedad, pues es necesario llevar la presencia de Dios a la vida cotidiana y a la sociedad.
«Donde no se da la gloria a Dios, donde Él es olvidado o hasta negado, no existe ni siquiera paz», advirtió el Papa.
En la homilía, Benedicto XVI trató también del tema del verdadero papel de las religiones, que son llamadas a traer paz al mundo y se opuso al pensamiento de que «las religiones, en particular las monoteístas, serían la causa de la violencia y la guerra», que el monoteísmo y la fe en un único Dios causan intolerancia.
«Es verdad que, en la historia, el monoteísmo sirvió de pretexto para la intolerancia y la violencia. Es verdad que una religión puede enfermar y llegar a contraponerse a su naturaleza más profunda». El Papa insistió que debemos ser vigilantes en relación a las falsas declaraciones acerca de lo sagrado, porque «no es verdad que el ‘no’ a Dios restablecería la paz».
El Santo Padre reafirmó el compromiso de la fe por la paz: «en la oscuridad del pecado y de la violencia, la Fe entró como un rayo de paz y de bondad que continúa brillando». Por eso, «Cristo es nuestra paz y anunció la paz a aquellos que estaban lejos y aquellos que estaban cerca».
Nosotros también somos llamados a dejar «nuestros hábitos cotidianos de vida y de pensamiento» y a sobrepasar «el mundo meramente material para alcanzar lo esencial», lo Divino.
Benedicto XVI celebró la Misa de la Noche de Navidad por cuarta vez en horario anticipado, a las 22:00 horas en lugar de la medianoche. Este año, la Santa Misa fue celebrada juntamente con cardenales de la Curia Romana, entre los cuales estaba el obispo brasileño Mons. João Braz de Aviz.
El Papa usó tradicionales paramentos litúrgicos originarios del siglo XI.
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