Lima (Miércoles, 02-01-2013, Gaudium Press) El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, dirigió el pasado 31 de diciembre un mensaje en el que llama a vivir un «humanismo humano a la trascendencia». La misiva, que fue publicada por el diario El Comercio, la dirigió en unión con el mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la Jornada Mundial por la Paz, celebrada este 1º de enero.
Precisamente haciendo eco de las palabras del Sumo Pontífice, el Cardenal Cipriani señala que para vivir ese humanismo abierto, es necesario «desmantelar la dictadura del relativismo moral que presupone una moral totalmente autónoma, que cierra las puertas al reconocimiento de la imprescindible ley moral natural inscrita por Dios en la conciencia de cada hombre».
El Cardenal Cipriani presidió en la mañana de este 1o de enero la primera Misa de 2013 |
En este sentido, el purpurado peruano dice que el camino para un verdadero humanismo cristiano debe pasar, primero que todo, «por el respeto de la vida humana, desde su concepción, en su desarrollo y hasta su fin natural», y que por ello «resulta abusivo pretender codificar de manera indirecta falsos derechos o libertades» que llevan «a favorecer un pretendido derecho al aborto terapéutico, lo que amenaza el derecho fundamental de la vida».
Del mismo modo, señala que es necesario afirmar la estructura natural del matrimonio «como la unión de un hombre y una mujer», frente a legislaciones que pretenden equipararlo con otras formas de unión que «dañan y contribuyen a su desestabilización».
En continuidad con ello manifiesta que «no se puede ignorar o minimizar el papel decisivo de la familia», como célula base de la sociedad, puesto que ella «tiene como vocación natural promover la vida: acompaña a las personas en su crecimiento y las anima a potenciarse mutuamente mediante el cuidado recíproco».
En el mensaje, el Cardenal recuerda que todos estos principios «no son verdades de fe», mas sí «están inscritos en la misma naturaleza humana», y es deber de la Iglesia promoverlos.
Finalmente, el Arzobispo de Lima exhorta para que se difunda la «pedagogía del perdón», promoviendo el «humanismo abierto» donde el mal se venza con el bien.
El purpurado peruano presidió en la mañana de ayer, Solemnidad de Santa María Madre de Dios, la primera Misa del 2013 en la Basílica Catedral de Lima. Durante la Homilía, y en continuidad con su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, el Cardenal señaló: «Tenemos que recuperar, fortalecer, confiar y pedirle a la Madre de Dios que nos enseñe que la familia es el núcleo. Ese es el lugar, por eso el ataque del demonio y de quienes le hacen juego al demonio, dividiendo a la familia por el trabajo, dividiendo ese amor del padre y de la madre con teorías ajenas a la razón».
Con información del Arzobispado de Lima.
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