Arizona (Viernes, 04-01-2013, Gaudium Press) El nacimiento de un hijo es uno de los momentos más importantes para los padres. La alegría que trae este acontecimiento se vio multiplicada para una pareja de esposos estadounidenses quienes grabaron en una fotografía el instante cuando su pequeña bebé, estando aún en el vientre de su madre, toma el dedo del médico que practicaba una cesárea.
Pareja de espsos estadounidenses registra el momento cuando su bebé, estando en el vientre de su madre, toma el dedo del médico |
Se trata del nacimiento de Nevaeh, hija de Randy y Alicia Atkins, un matrimonio de Arizona, Estados Unidos, quienes tomaron la imagen el pasado octubre y decidieron difundir recientemente la preciosa fotografía, la cual ya ha dado la vuelta por el mundo y se ha convertido en el primer «éxito» de las redes sociales de este 2013.
Sobre el momento en que fue tomada la imagen, relató a azfamily.com el padre de la bebé: «El doctor me llamó y dijo, ‘hey, ella está agarrando mi dedo’. Así que salí corriendo de allí y sólo tomé la imagen. Yo estaba asombrado viendo, pues era una imagen impresionante».
Una imagen que prueba como el feto sí es persona y, por lo tanto, sujeto a derechos
Pero más allá de la fama que ha alcanzado esta fotografía, la imagen, que deja testimonio del milagro de la vida, prueba como el feto ya es persona y, por lo tanto, sujeto a derechos contrarrestando así ciertas afirmaciones que, favoreciendo el aborto, aseguran lo contrario.
Precisamente sobre la dignidad de todo ser humano desde su concepción se ha referido el Magisterio de la Iglesia Católica en diversas ocasiones. Así está consignado en la Encíclica «Evangelio Vitae» del beato Juan Pablo II, que habla sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana.
En el documento, el beato Pontífice señala: «Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal. En realidad, desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo».
Más adelante, haciendo eco de la Instrucción «Donum Vitae» de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Juan Pablo II continúa señalando: «A esta evidencia de siempre, la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar».
Asimismo, el beato se refiere a los derechos que tienen los bebés, incluso desde el vientre materno: «la Iglesia siempre ha enseñado, y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana, desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad corporal y espiritual: ‘El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida'».
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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