Toledo (Lunes, 14-01-2013, Gaudium Press) Este domingo concluyeron en la ciudad de Toledo, España, las primeras Jornadas de Pastoral, que convocadas por el Arzobispo Primado, Mons. Braulio Rodríguez Plaza reunieron a más de 750 participantes provenientes de las tres Vicarías territoriales de esa Archidiócesis. Las tres conferencias centrales de las Jornadas fueron pronunciadas por Mons. Dominique Rey, obispo de la diócesis de Toulon, en Francia.
Vigilia de oración el Sábado
En la noche del sábado, los congresistas se reunieron para una Vigilia de oración en el templo parroquial de San Julián . Allí, se escucharon varios e impactantes testimonios de conversión y se adoró -en un impresionante y recogido silencio- al Señor Sacramentado. Las Hermanitas del Cordero tuvieron a su cargo la animación de la Vigilia. Don Braulio dirigió unas palabras de ‘Buenas Noches’ a los participantes. Para el Arzobispo Rodríguez Plaza «es necesario llevar a los demás esa alegría de la Fe que se ha vivido durante estos días de las Jornadas -hemos vivido una Víspera de Domingo tan hermosa- con humildad, pero con la certeza de quien sabe que porta la verdad de Cristo que haciéndose hombre nos trajo la Redención. Y Cristo sigue teniendo sed y los cristianos de hoy debemos saciarla».
En una fría pero soleada y despejada mañana del domingo, el Templo Votivo de los Sagrados Corazones de Jesús y de María de Toledo fue el lugar escogido para el rezo de Laudes y la tercera y última conferencia del Obispo de Toulon. Al inicio Mons. Rey señaló que «la primera Fe es la Caridad. La Caridad pastoral es el primer signo mediante el cual se reconoce en nosotros la presencia de Dios. El misionero tiene que ser un hombre de Fe. Tiene que ser un hombre coherente. De lo contrario no se es creíble. Una cuarta condición es el conocimiento. Hay que saber dar cuenta de la verdad del Evangelio. Hay que tener una inteligencia de la Fe. Hay que justificar lo que se vive. Se trata también de encontrar cada uno su propio carisma y saber utilizarlo».
Según Mons. Rey «el misionero no lleva solo su testimonio, sino que hay toda una comunidad que lo lleva. Es la comunidad, la Iglesia quien evangeliza, y es dentro de una comunidad y mediante la comunidad como el testimonio personal se da. No solo a partir de una experiencia personal sino comunitaria».
«El misionero transmite la alegría del mensaje. Y lo debe saber transmitir bien. Es el arte de saber comunicar el mensaje de Cristo. Comunicar bien es indispensable. No solo el contenido sino también la forma. El papel del silencio es importante».
«No se puede reducir la Evangelización a una metodología pero debemos saber utilizar bien el arte de comunicar».
«La puerta de la Evangelización es la familia»
El Obispo Rey señaló también que la puerta de la Evangelización es la Familia. «Allí se aprende a vivir el arte de ser cristiano. La Familia es objeto y sujeto de la Nueva Evangelización. Otra puerta es la Educación. Como dice el Papa sin la educación no hay mudanza de mentalidad. El Papa habla de urgencia educativa. La tarea educativa es urgente porque muchos jóvenes son también analfabetos en materia religiosa. Pienso que las Escuelas católicas tienen que evangelizar, educar y formar en un mismo proyecto educativo. También otro lugar importante es la parroquia. Otro es el arte, la cultura, los medios de comunicación social, la religiosidad popular. No se puede reducir el contenido del Cristianismo al sentimentalismo o a una mera recordación del pasado».
Mons. Dominique Rey |
«Hay que buscar la transformación de la sociedad. No se puede evangelizar fuera de nuestro mundo. Hay que ofrecer el Evangelio a todo el mundo. Hay que hacer un trabajo de ‘socialización’ del Evangelio».
«También en el compromiso misionero hay que tomar en cuenta una serie de modalidades de vida. El Sínodo habló de una conversión pastoral. Es necesario tomar en considerar una serie de puntos. Hay que llegar a las personas en donde ellas se encuentran. Hay que llegar a los nuevos barrios. En EE.UU. en donde surge un nuevo barrio surge una nueva capilla. Lo mismo debemos hacer en Europa. También hay que seguir el ejemplo de Jesús que se adapta siempre a su auditorio. Debemos tomar en cuenta también los reproches de nuestros contemporáneos respecto a la Iglesia. Hay que aprender a analizarlos. Algunos son rechazables. Otros no. Debemos analizar bien la situación. Hay que tenerlos en cuenta».
«Hay que saber diversificar los planteamientos. No podemos quedarnos en una pastoral monolítica y estática. Hay que promover -entre quienes frecuentan las iglesias- una segunda conversión para que sean de hecho evangelizadores. Hay que pasar de un cristianismo de tradición a un cristianismo de acción, de compromiso».
«La parroquia debe ser misionera siempre. Hay que salir del repliegue, a la sombra del campanario, la parroquia tiene que buscarse fuera de sí misma. Las puertas de la parroquia se deben abrir a todas las nuevas realidades. La parroquia tiene que abrirse a todas las formas de pobrezas. Son lugares de encuentro con el Evangelio. Es necesario para todo esto pasar de la lógica de un público cautivo a un público de anuncio».
Mons. Rey señaló que «es necesario prestar mucha atención en la acogida, saber acoger a quienes llegan a la Iglesia. Es el primer signo de la caridad de Cristo. Es necesario hacerse cargo de las necesidades pastorales. Algunas son vinculadas a los sacramentos, otros vienen a una iglesia por religiosidad, o por una ayuda material o espiritual o para los cursos de los chicos. En todo hay que encontrar un dinamismo que va más allá de ellas mismas [de las necesidades]. A menudo solo pensamos en los habituales [visitantes de las iglesias] y no para todo el resto de la gente de la calle. Hay que adaptarse. Hay que hacerse cargo de las demandas de los otros. Y un tercer punto como ayudar a crecer en el camino. Para eso es muy importante como se vive la caridad fraterna, la comunión fraterna».
«No se puede ser absolutista en los métodos, pero nos ayudan mucho los métodos». Mons. Rey ejemplificó con varias experiencias de su Diócesis, mediante las cuales se hacen cargo de situaciones y personas más específicas. Expresó que en su diócesis la Confirmación se hace con chicos de 10 o 11 años. Y se les pide que después se hagan experiencias en donde se vuelve a renovar su Fe, se vuelve a expresar la Fe. «Reafirmar nuestra unión con Cristo y con la Iglesia».
Al finalizar Mons. Rey respondió varias preguntas sobre diversos temas. Sobre la inmigración y cómo evangelizar a los inmigrantes dijo que en su Diócesis una cosa es los que vienen de Brasil, Colombia o Chile y otra cosa es con los musulmanes. Igualmente habló de la Adoración eucarística como medio permanente de evangelización ya que los adoradores portan la verdad de Cristo a sus hermanos en todos los ambientes. También señaló que el Obispo debe vivir en una dimensión permanente de evangelización. Al salir a las calles el Obispo tiene siempre una presencia pastoral, un estado de ánimo de evangelizar. Pero la evangelización procede de una conversión permanente. Empieza en la oración. Estamos inscritos en la manera de pensar de la Iglesia. «Mi ministerio tiene que ser permitir a la Iglesia ser cristiana». Y eso abre el anuncio al mundo contemporáneo. Mi apostolado es llevar a Cristo al mundo.
Mons. Rey insistió en que se debe situar la Eucaristía en el centro de la Jornada dominical. Hay que prepararse bien para este acontecimiento de la Liturgia dominical. No se debe dejar a los párrocos aislados.
Misa de clausura de las Jornadas de Pastoral de la Archidiócesis de Toledo
Con una Misa en Rito mozárabe en la Santa Iglesia Catedral Primada de Toledo se clausuraron las primeras Jornadas de Pastoral de esa Archidiócesis.
Todos los asistentes a esas Jornadas -más de 700- participaron devotamente de la Eucaristía que presidió el Arzobispo Mons. Braulio Rodríguez Plaza, con quien concelebraron el Obispo de Toulon, Mons. Dominique Rey -ponente de las Jornadas-, el Vicario General Mons. Ángel Fernández Collado, el Consejo Episcopal, el Cabildo Catedralicio y una gran cantidad de sacerdotes diocesanos.
El esplendor de la liturgia mozárabe se hizo patente en el marco incomparable de la gótica catedral toledana.
En la Homilía el Arzobispo Rodríguez Plaza señaló que «la Iglesia ha proclamado en toda la fiesta de Navidad que no hacemos un mero recuerdo histórico sino que es un acontecimiento que nos impulsa al apostolado. La liturgia que celebramos en este domingo en la Liturgia mozárabe es la de la manifestación del Señor en la Epifanía». «La Liturgia nos propone en esta fecha tres acontecimientos: la venida de los Magos, el Bautismo del Señor y las Bodas de Caná. No puede haber Evangelización sin la comprensión de estos acontecimientos. Despertemos nuestra esperanza y brotará espontánea la comprensión de nuestra Fe».
Al finalizar la Misa el Vicario Episcopal D. Emilio Palomo agradeció al Arzobispo de Toledo «el mejor regalo que en el Año de la Fe», podía dar Don Braulio a la Diócesis «porque esas Jornadas han sido justamente una renovación de la Fe en nuestra diócesis ya que suponen una gran renovación espiritual y pastoral».
Gaudium Press / José Alberto Rugeles
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