Aerolínea que explusó empleada por usar un crucifijo fue finalmente sancionada

Estrasburgo (Miércoles, 16-01-2013, Gaudium Press) El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sancionó finalmente a la aerolínea British Airways, de Reino Unido, que en 2006 despidió a la señora Nadia Eweida por llevar una pequeña cruz al cuello en su horario de trabajo. El proceso ante esta instancia se inició en septiembre del año pasado, tras haber agotado sin éxito los recursos legales de su país. Sin embargo, el mismo tribunal desestimó tres casos similares de británicos que perdieron sus empleos por ser coherentes con sus convicciones religiosas.

Nadia Eweida y la pequeña cruz que le mereció ser despedida de su empleo. Foto: Rachel Bishop.

Si bien la historia de la señora Eweida tuvo un buen desenlace y la aerolínea, que tuvo que pagar una multa por daños y costos legales, manifestó haber cambiado sus políticas de uniformes para admitir el uso de «símbolos de fe», la base según la cual se resolvió el caso no deja un precedente útil para nuevas violaciones.

La sentencia del Tribunal, según Gregor Puppinck, director del Centro Europeo para la Ley y la Justicia, organismo que tomó parte en el proceso legal, prestó más atención al hecho de que otros empleados usaran signos religiosos sin haber sido sancionados. También se tuvo en cuenta que el tamaño de la cruz no podría afectar en modo alguno la imagen corporativa de la aerolínea. En todo caso, son circunstancias particulares que no abordan el problema central que pretendía resolver la denuncia.

Los demás casos, de una enfermera expulsada de su trabajo al negarse a retirar un crucifijo que usaba debajo de su ropa y el de dos profesionales que objetaron en conciencia por motivos religiosos, fueron desestimados por el Tribunal. En el caso de la enfermera se alegaron motivos de «salubridad», mientras que en los otros dos se juzgó que no existía violación a sus derechos.

Varias organizaciones cristianas rechazaron el fallo por la ausencia de una crítica de fondo a las leyes laborales británicas. La sentencia fue calificada como «limitada» e hicieron un llamado para encontrar verdaderas soluciones para los creyentes que desean vivir su fe coherentemente. «No es lo mismo obligar a alguien a abstenerse de usar un símbolo religioso que obligar a alguien a actuar contra su conciencia», expresó Puppinck con preocupación.

En el mismo sentido se expresó Leonor Tamayo, responsable del Área internacional de Profesionales por la Ética: «Es un retroceso inaceptable para la libertad de conciencia, que es un principio fundamental en la historia occidental desde hace siglos», denunció. «Esta sentencia, que probablemente será recurrida, pone en peligro los derechos fundamentales de todos los europeos. Es imprescindible un esfuerzo colectivo de todos para afirmar nuestra libertad frente a imposiciones ideológicas».

Con información de Zenit, ACI, Christianity Today y Profesionales por la Ética.