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Joinville (Jueves, 17-01-2013, Gaudium Press) El paso de los símbolos de la Jornada Mundial de la Juventud por la diócesis de Joinville, en el suroriente brasileño, fue un acontecimiento extraordinario. La fe se revitalizó, las promesas se concretaron y los corazones se llenaron de gracias y de amor de Dios.
La fiesta comenzó el domingo 13, en la Catedral San Francisco Javier, cuando cerca de 3.500 personas se reunieron para cantar y rezar por la Iglesia. Después hubo una celebración Eucarística presidida por Mons. Irineu Roque Scherer, el obispo local. Sin duda, todos vivieron la entrega de su Fe en un solo Dios, por la cruz que representaba el amor de Dios con nosotros y el ícono de Nuestra Señora representando la dulzura de madre. Además de estar allí presente la, también peregrina, imagen de la Beata Albertina, hija del estado de Santa Catarina.
Tras la celebración fue iniciada la procesión luminosa. Los fieles reunidos caminaron por las calles desde la Catedral hasta el Arca de la Alianza. Fueron un poco más de 3 horas en procesión, rezando y cantando, teniendo también el sonido de la Banda Marcas de la Promesa que animaba aún más el recorrido.
Hubo personas que participaban desde sus casas, alentando, cantando y rezando; unos admiraban todo desde el crepúsculo del interior de las casas, pero, otros salían a los andenes y se rendían a la fuerza del entusiasmo de los jóvenes peregrinos y de la fuerza que demostraba tener la Diócesis de Joinville que reunía a tantas personas en un solo ardor, un solo clamor, un solo amor.
Al llegar al Arca de la Alianza los Símbolos permanecieron rodeados por los vigilantes durante toda la madrugada y en la mañana del día 14.
La última misa fue a las 10 horas. Un memorial fue edificado y, en seguida, los símbolos siguieron para la ciudad de Río Negrinho.
La fiesta de Fe continúa. Ahora en Río Negrinho. (JS)
Con fotos e informaciones de la Diócesis de Joinville.
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