Pennsylvania (Sábado, 19-01-2013, Gaudium Press) Bajo el nombre de «Tesoros de la Iglesia», una creativa iniciativa acerca más de 150 santos a los fieles de las parroquias de Estados Unidos quienes, a través de una exposición multimedia y el contacto cercano con sus reliquias, profundizan su fe y se unen en veneración al cuerpo místico del cual hacen parte. «Sostener la reliquia de un santo amado hace real la fe para la gente», explicó el P. Carlos Martins, promotor de la exposición, «porque el toque de un santo es siempre un contacto de afabilidad».
Cerca de 150 reliquias son expuestas en las parroquias de Estados Unidos para la veneración de los fieles. |
La exposición se convierte en un oasis en medio de una cotidianidad marcada por la cultura secularizada y materialista. «Los santos son agentes de Dios que son enviados para llevar su amor y misericordia», continuó el P. Martins, en diálogo con National Catholic Register. «Como miembros de su cuerpo místico, ellos son una extensión de Dios. Son sus manos y pies que salen y tocan a sus hijos y los hacen notar Su presencia».
Los fieles de las parroquias visitadas por la muestra tienen el privilegio de venerar reliquias de santos de gran fama y amados por todos, como Santa Teresita de Lisieux o San Francisco de Asís, así como de otros menos conocidos, como San Conrad de Parzham, o San Zeno el Tribuno.
Santos para la actualidad
Entre todos los santos que lo acompañan en su apostolado a través de sus reliquias, el sacerdote destaca dos cuyo testimonio es de profunda actualidad: Santo Tomás Moro y San Agustín. «Santo Tomás Moro fue un abogado y estadista brillante que murió por defender la naturaleza sacramental del matrimonio en contra de la voluntad del rey Enrique VIII», enseñó el P. Martins. «San Agustín, doctor de la Iglesia, escribió la bella Ciudad de Dios en respuesta al requerimiento del Senado Romano, provocado por el saqueo de Roma y el sentimiento anticristiano que le siguió, de realizar una defensa de la fe cristiana». Ambos ejemplos deben iluminar el actual testimonio de los católicos: «Estos son santos que sabían de política y de santidad y unieron con éxito las dos».
El sacerdote y promotor de la exposición espera que la misma despierte en los católicos el ánimo suficiente para dar un testimonio fiel en todos los aspectos de su vida. Este mismo es el sentir de Stephen Krason, profesor de Ciencia Política en la Universidad Franciscana, quien reflexionó sobre los efectos de la veneración a los santos en la sociedad. «Buscar a los santos con la intención de una restauración religiosa de los Estados Unidos podría ser justamente lo que la gente debería hacer», comentó.
El académico recordó dos eventos históricos en los cuales la devoción popular significó un cambio dramático en la realidad social: la victoria de los cristianos sobre los turcos en Lepanto, en 1571 y la retirada de las tropas soviéticas del sur de Austria en 1955. En ambos momentos la unión de los fieles en oración a través del Rosario fue la condición previa de una transformación inesperada. «La historia prueba el poder de la oración concentrada y la devoción», comentó. «No podemos subestimar lo espiritual».
Los santos conducen a los fieles a Dios.
Los fieles tienen en la exposición un contacto muy cercano con las reliquias. |
«Los santos saben lo que es ser humano e imperfecto, lo que es ser pecador, roto, finito», expuso el P. Martins. «Y de todas formas han superado estas desventajas conla gracia de Cristo». Por esto motivo, el presbítero los encuentra doblemente atractivos para los fieles, quienes se identifican con su lucha contra sus imperfecciones y admiran la forma como, con la ayuda de Dios, encontraron la perfección de su naturaleza».
Parafraseando al Santo Padre Benedicto XVI, el P. Martins aseguró que los ejemplos de santidad son como «traducciones» provistas por Dios, en una escala más accesible para todos. «Las reliquias son importantes porque son una manera de acercarse a estas traducciones divinas e intuir mejor la Palabra que las hace existir».
«Como miembros del cuerpo místico de Cristo, los santos están encarnados en Él. Nos conducen a Él», concluyó el sacerdote. «Como expresiones físicas de sus vidas, las reliquias nos acercan a los santos. Debido a que los santos nos sirven como modelos e intercesores, su victoria ha llegado a ser una victoria para todos».
Con información de National Catholic Register.
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