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Manila (Lunes, 21-01-2013, Gaudium Press) La Iglesia en Filipinas celebró el pasado 20 de enero la fiesta del Santo Niño, una de las más tradicionales celebraciones del pueblo filipino, que venera especialmente la infancia de Jesús, en una devoción popular de 447 años de historia. Millones de personas festejan en las calles y portan imágenes del Divino Niño Jesús. La Iglesia invitó a los fieles a no desviar la devoción en medio del festival cultural vinculado a esta celebración, y a profundizar en una vida de fe cotidiana y continua.
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| El total de devotos en las celebraciones del Santo Niño en Filipinas fue calculado en por lo menos cuatro millones de personas. |
«¡Sean como el Santo Niño!», exhortó a los fieles el Arzobispo de Manila, Cardenal Luis Antonio Tagle. «Quienes siguen a Dios siempre serán como niños», continuó, durante su homilía en Tondo, Manila. «Fue Él quien dijo: «Busca primero el Reino de Dios y todo lo demás les será dado por añadidura». El prelado destacó la humildad de Cristo y su entrega filial por «las cosas de mi Padre».
El ejemplo de la infancia de Jesús es muy útil para el mundo actual, porque es totalmente contradictorio a la fuerza del mal y de la muerte. «La oscuridad, la opresión y el conflicto no son causadas por los niños, sino por adultos que no siguen a Dios sino a ellos mismos. Que ponen su fe en sí mismos y no en Dios», expresó el Cardenal. «¿Que deseas?¿Dinero?¿Poder? Cuando te miras a ti mismo como Dios, traes la oscuridad».
Los católicos de todas las regiones realizaron con motivo de la fiesta del Santo Niño una gran cantidad de procesiones, desfiles coloridos y festivales. «El Santo Niño nos atrae inicialmente por su ternura», explicó el Secretario Ejecutivo de la Comisión Episcopal de Juventud en Filipinas, P. Conegundo Garganta, en diálogo con CBCP News. «Pero no debe quedarse en eso porque el Niño Jesús tiene la misión mayor de ejecutar el plan de Dios para la salvación de la humanidad».
Por este motivo, el sacerdote hizo un llamado a trascender las «formas superficiales» y a buscar «esa calidad de fe que decimos tener». De esta forma la devoción se traduce no sólo en congregarse en Cavite, Manila o Cebú (los tres principales centros de celebración), sino en «tomar parte de la misión de Jesús a través de las formas pequeñas, usuales y ordinarias».
Estas expresiones de fe en la vida cotidiana, comentó el P. Garganta, «son las más fáciles de abrazar y adoptar. La voluntad del Niño Jesús de acatar la voluntad de Dios a pesar de su edad y sus pequeños gestos nos enseña ese aspecto fundamental». De esta forma los fieles pueden trascender las festividades y venerar al Santo Niño no sólo emocionalmente, indicó.
Con información de CBCP News.
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