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Washington (Miércoles, 23-01-2013, Gaudium Press) «Hoy es un día de luto para nuestra nación», comentó el Arzobispo de Oklahoma, con motivo del aniversario de la legalización del aborto en Estados Unidos, el pasado 22 de enero. «Cuarenta años después de Roe Vs Wade (nombre de la sentencia) pedimos al Señor misericordia y oramos por la conversión y el arrepentimiento». Las palabras del prelado resumen el sentir de los Obispos de Estados Unidos, quienes expresaron de formas variadas su pesar por la extendida práctica y su compromiso en favor de la defensa de la vida de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia.
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| Los Obispos animaron el trabajo provida que debe estar animado por una intensa vida espiritual. |
El Cardenal Donald Wuerl, Arzobispo de Washington, lamentó que el aborto continúe siendo «el problema de derechos humanos definitivo de nuestra era», por lo que llamó a «una reflexión seria, oración y acción», sobre los millones de vidas que se han perdido en nombre de la «libertad de elección». El prelado expresó su satisfacción por el aumento de personas dispuestas a cambiar esta realidad. «La fe, el amor y el testimonio de nuestros jóvenes es un recordatorio para todos nosotros de que al final la verdad, la bondad, la vida y el amor triunfarán».
Para el Cardenal, el compromiso en favor de la vida hace parte de la evangelización y va unido a la vida de fe y la devoción. Los católicos están llamado, explicó, «a confiar en la verdad de nuestra fe y compartirla con otros», especialmente en este Años de la Fe. «El Evangelio de la vida continuará cambiando corazones y finalmente cambiará nuestra nación», manifestó.
Este trabajo de evangelización fue destacado también por el Cardenal DiNardo, Arzobispo de Galveston-Houston quien se alegró por el crecimiento del movimiento provida y recordó que la tarea «requiere mucho trabajo, buena enseñanza y respaldo financiero». Todas estas cosas sólo serán posibles si están acompañadas de «oración insistente y permanente para que Dios nos conceda lo que necesitamos para dirigir los corazones hacia el verdadero sentido de la vida humana».
Con información de National Catholic Register.
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