Bogotá (Viernes, 25-01-2013, Gaudium Press) Gran tristeza y preocupación manifestó la Iglesia Católica Colombiana tras el reciente pronunciamiento y respaldo que dio el Consejo de Estado a la inclusión del Misoprostol, medicamento que se utiliza como método químico para el aborto, dentro del Plan Obligatorio de Salud (POS) del país suramericano.
La doctora Danelia Cardona, directora del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), en entrevista con el Departamento de Comunicación del organismo eclesial, dijo que la noticia llena de tristeza a la Iglesia, «porque nos revela que realmente las instituciones encargadas de la legislación que busque un bien común para su población, y en especial para sus mujeres, le están fallando a sus mujeres».
Lo que más puede ayudar a una sociedad a defenderse contra la cultura de la muerte «es crear un ambiente de humanidad» |
Dijo también que el respaldo dado por el Consejo de Estado al uso del Misoprostol es preocupante si se recuerda que el medicamento, al ser utilizado como abortivo, «tiene graves consecuencias no sólo a nivel psiquiátrico -donde hay estudios que demuestran que las mujeres que tienen un aborto químico, tienen riesgo más alto de desarrollar trastornos psiquiátricos (…)-, sino también consecuencias biológicas y físicas, o efectos secundarios que pueden ser nocivos para la mujer».
Igualmente, dijo que la inclusión de este medicamento dentro del Plan Obligatorio de Salud hace parte de una estrategia de organizaciones que promueven una cultura abortista, «donde el aborto se haga más accesible a la población», circunstancia -como explica- que trae también graves consecuencias sociales.
«Al tener un método químico que se pueda usar en la casa, nos estamos saltando todo lo que es la intervención quirúrgica y el procedimiento médico que demanda muchos más requisitos de tipo legal tanto para el médico, como la paciente. Sin duda alguna, lo que ellos quieren, a través del uso del Misoprostol, es ir propagando la cultura del aborto», añadió.
Finalmente, señaló que lo que más puede ayudar a una sociedad a defenderse contra la cultura de la muerte «es crear un ambiente de humanidad», donde cada quien realmente se preocupe por su prójimo.
En este sentido, continuó la Doctora Cardona, «si tenemos a una mujer joven con un embarazo inesperado, por cualquiera de las razones que existan, y a esa mujer le decimos ‘te apoyamos’; ese es un mensaje claro donde le estamos diciendo sí a la vida bajo todas las circunstancias».
Esta no es la primera vez que la Iglesia Colombiana se pronuncia frente a la inclusión del Misoprostol dentro del plan de salud en la nación latinoamericana. En noviembre de 2012, el Secretario General del Episcopado Colombiano, Mons. José Daniel Falla, aseguró en rueda de prensa que «la inclusión del Misoprostol en el POS es una medida tanto médica, como jurídicamente improcedente».
En la ocasión, el prelado recordó que el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) ha reiterado que no acepta el uso de dicho medicamento para el caso de fetos humanos vivos.
Con información de la CEC.
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