Washington (Lunes, 04-02-2013, Gaudium Press) El pasado 1 de febrero, la administración Obama anunció la última modificación reglamentaria al que se ha llamado «mandato contraceptivo» del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por su sigla en inglés). El mandato contraceptivo obligaba en un inicio a toda institución a proveer por servicios de esterilización y contracepción a sus empleados, algunos de estos con carácter abortivo.
Ante el anuncio, la Conferencia de Obispos Católicos de los EE.UU. (USCCB) declaró que la última modificación será adecuadamente revisada. Entretanto, organizaciones como la Fundación Becket por la Libertad Religiosa, que representa a demandantes afectados por el mandato contraceptivo, afirmaron que las modificaciones no ayudarán a la mayoría de sus clientes.
Expertos legales expresan que las últimas modificaciones solo representan una leve mejoría del ejercicio de la libertad religiosa: Las diócesis católicas probablemente estarán exceptas de cumplir el mandato contraceptivo. Entretanto, hospitales católicos, agencias sociales y universidades continúan con la obligación, aunque el HHS sugiere para estos casos proveer los servicios objetados sin un financiamiento directo o implicación administrativa de estas instituciones.
Sin embargo, entidades con ánimo de lucro de cuño católico, o instituciones que aunque de índole católica no tienen un objeto social específicamente religioso, continúan con esas obligaciones que vulneran su conciencia.
«Estamos sumamente decepcionados con el anuncio de hoy. El HHS esperó cerca de un año y ahora nos da una normatividad sugerida que aún agobia la libertad religiosa. Tampoco da guias concretas a las organizaciones religiosas auto-aseguradas», expresó Kyle Duncan, Consejero general de la Fundación Becket para la Libertad Religiosa.
En el momento hay 44 demandas contra el mandato del HHS.
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