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"Dios siempre dice sí", afirma sacerdote dehoniano

San Pablo (Jueves, 07-02-2013, Gaudium Press) En entrevista a Cançao Nova, el Padre Alírio José Pedrini, Dehoniano, explicó que la oración es «un relacionamiento que viene del hablar con Dios, adorar, alabar, glorificar, bendecir y exaltar a Dios. Al mismo tiempo, consiste en oír a Dios, con el silencio del corazón, a través de la lectura de la Sagrada Escritura. Toda esa comunicación es la oración».

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Padre Pedrini

A pesar de existir seis formas de oración basadas en las Sagradas Escrituras (bendición, adoración, súplica, intercesión, acción de gracias y alabanza), la primera que debe salir de los labios del hombre, según el Padre Alírio, es la adoración, pues «la adoración es siempre el primer impulso delante de Dios, de reconocerlo como Dios, proclamarlo como Dios, de quererlo como Dios verdadero.

Creer que Él es Uno, es Trino, es Padre, Hijo y Espíritu Santo y que Él tiene todas las cualidades y atributos divinos. Por tanto, la oración que es más compatible delante de Dios es exactamente reconocerlo como Dios, y esto se llama adoración».

Nuestro Señor Jesucristo afirmó en el Evangelio de San Mateo: «Todo lo que pedís con fe en la oración, lo alcanzaréis» (Mt 21,22). El sacerdote declaró sobre este pasaje bíblico que «Dios siempre dice sí. Algunas veces él dice: ¡sí, ya! Y la gracia sucede luego. Otras veces, Dios dice: ¡sí, pero no ahora! Yo voy a darte en el tiempo correcto. En otra oportunidad, Dios dice: ¡Sí, pero no lo que usted pide! ¡Voy a darle otra cosa mejor para usted».

En la opinión del Padre Alírio no existe oración «débil», la oración es «siempre poderosa porque ella significa relacionamiento con Dios que es todopoderoso». Entretanto la oración depende del estado de espíritu de la persona que reza, de la fe que ella tiene en el Dios verdadero y al mismo tiempo la confianza en la providencia divina.

El Catecismo Católico enseña que la tradición cristiana conservó tres expresiones principales de la vida de oración: oración vocal, la meditación y la oración mental (cf. CIC 2699). Sobre eso el Padre Alírio comenta que con la agitación de nuestros días, el tiempo de recogimiento para estar con Dios corre el riesgo de quedar reducido o hasta incluso olvidado. Sin embargo si la persona se siente amada por Dios y realmente lo ama, encontrará un tiempo para comunicarse con Él.

«Es verdad que hay mucha agitación en el mundo de hoy, la vida es muy corrida, pero siempre las personas encuentran un tiempo para aquello por lo cual se interesan, siempre encuentran un espacio de tiempo para aquello que buscan. Por tanto, si la persona tiene una fe viva en el Dios Verdadero, si tiene un relacionamiento bonito con Él, se siente dependencia de Dios en todas las cosas, ella encontrará, si no un largo tiempo, mas algún tiempo para entonces comunicarse con Dios», concluyó. (EPC)

Con informaciones de Canção Nova.

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