Caracas (Martes, 12-02-2013, Gaudium Press) El Delegado Nacional de la Pastoral Penitenciaria de Venezuela, Padre Ponc Capell Capell, denunció que los agentes de pastoral no pueden desarrollar su apostolado normal desde hace un año en la Penitenciaría de Uribana, donde se registraron graves hechos de violencia el pasado 25 de enero. La grave situación de los internos se agrava al limitarse la ayuda espiritual que les ayudaría en su rehabilitación para la vida civil.
Los voluntarios de la Pastoral Penitenciaria en Venezuela deben sortear limitaciones para llevar a cabo su labor apostólica. |
El Delegado expresó a la Agencia Fides su preocupación por la negligencia de las autoridades ante el compromiso cristiano de la asistencia religiosa de quienes están privados de su libertad. De un total de 40 capellanes nombrados por los Obispos en el país, sólo 27 son reconocidos por el Gobierno. Los más de 300 laicos comprometidos en este apostolado han referido al sacerdote que la atención religiosa es negada por motivos políticos.
«Pero nosotros seguiremos trabajando con más ganas y más ilusión», manifestó el Padre Capell, «porque sabemos que los ministerios pasan, pero la Iglesia queda. Además, siempre habrá gente dispuesta a que las personas sientan la experiencia de Dios y tengan motivación para cambiar».
La Pastoral Penitenciaria continúa su labor con los reclusos de forma no oficial en la región de Miranda , según afirmó María José González, directora de la oficina de Cáritas en Los Teques. «Desde diciembre de 2011 no entramos formalmente en los recintos penitenciarios porque tenemos una prohibición expresa del Gobierno», denunció. «Por eso nuestros voluntarios tienen que ir los días de visita familiar y eso hace que se limite el acompañamiento que usualmente brindábamos a los reclusos y que servía como incentivo para su rehabilitación».
Con información de Agencia Fides.
Deje su Comentario