Nueva York (Jueves, 21-02-2013, Gaudium Press) La pretendida destitución del Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, fue rápidamente desmentida por la Arquidiócesis unas horas después de que una noticia errada circulara por varios medios de comunicación de habla hispana. El Cardenal Dolan «Sigue siendo, notablemente, el Arzobispo de Nueva York», aseguró a Gaudium Press Joseph Zwiling, director de comunicaciones de la Arquidiócesis.
Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York. |
Perdidos en la traducción
El error divulgado se pudo originar al traducir una noticia publicada por el periódico norteamericano The New York Times, que usó el verbo en inglés «depose» para referirse a una declaración dada por el Cardenal en medio de un proceso jurídico. Una frase con este verbo fue traducida como si el Cardenal hubiese sido «depuesto» de su cargo, algo que no ocurrió en forma alguna. «El Cardenal fue requerido para responder preguntas en un caso en la Corte», explicó Zwiling, «que tiene lugar en Milwaukee, Wisconsin, donde él sirvió con anterioridad».
En una declaración del pasado 20 de febrero, la Arquidiócesis ya había comunicado el motivo de la comparecencia del Arzobispo en medio del proceso jurídico. «El Cardenal Dolan tuvo la oportunidad largamente esperada de hablar sobre la decisión que tomó nueve años atrás de publicar los nombres de los sacerdotes» involucrados en casos de abuso, explicó el comunicado.
El prelado también explicó en detalle cómo respondió ante dichas situaciones y la cooperación que ha prestado a la justicia «en todas las formas como le ha sido posible». En sus respuestas, el Cardenal Dolan pidió una oportunidad para mostrar «el buen trabajo y el progreso que tuvo lugar (en la Arquidiócesis) para asegurar la protección de los niños y el alcance pastoral a las víctimas».
De ninguna forma puede inferirse de la información original que el Arzobispo haya sido destituido de su cargo, ni esta decisión podría estar en modo alguno en manos de una instancia judicial de país alguno, porque la autoridad sobre el nombramiento de los Obispos está reservada únicamente al juicio del Santo Padre Benedicto XVI.
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