San Pablo (Viernes, 22-02-2013, Gaudium Press) Para los Heraldos del Evangelio, el día en que la Iglesia conmemora la Cátedra de Pedro, 22 de febrero, es un motivo de contento.
En primer lugar porque es la fecha en que el mundo católico agradece la misión que Nuestro Señor Jesucristo confió al Apóstol Pedro y a los Pontífices que lo sucedieron en el Papado: «Tú eres Pedro y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia… y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella». (Mateo 16: 18-19). Y solo esto sería ya motivo para una gran alegría.
Para los Heraldos del Evangelio el doble contento viene del hecho de que en ese mismo día, en el año 2001, en el Vaticano, la Santa Sede acogía la entidad como siendo una «Asociación Internacional de Fieles de Derecho Pontificio».
Era el primer reconocimiento de Derecho Pontificio que la Iglesia hacía en el tercer milenio por un acto del papa Juan Pablo II. Casi mil Heraldos que se encontraban en la Audiencia General de los miércoles, en la Sala Pablo VI, vibraron de entusiasmo al oír aquellas palabras del Papa, ahora Beato.
Doce años pasaron desde aquel día e impulso dado a los Heraldos que con ese reconocimiento hizo que ellos expandiesen su carisma y espiritualidad por el mundo. El número de ellos creció, la entidad se desdobló en frutos. Surgieron del seno de los Heraldos la «Sociedad de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Regina Virginum» y la «Sociedad Clerical de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Virgo Flos Carmeli».
La acción de los Heraldos tomó forma y hoy ellos son vistos como un cuerpo religioso que presta buenos servicios a la Iglesia y que tienden a crecer más en número y formación, buscando seguir el consejo evangélico: Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto…
Por todo eso es que en la Fiesta de la Cátedra de Pedro de este año los Heraldos estarán agradeciendo a la Divina Providencia todas las gracias, bendiciones y favores que recibieron. Y van, ciertamente, pedir más a Nuestra Señora a quien ellos se consagraron y que nunca los ha dejado de auxiliar.
En todas las Casas de los Heraldos por el mundo hubo misas de Acción de Gracias celebradas por sacerdotes Heraldos.
En San Pablo, Brasil, donde está localizada la Casa Madre de los Heraldos, hubo conmemoraciones especiales, siendo la más solemne de ellas la realizada en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, en Caieiras. (JS)
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