Ciudad del Vaticano (Sábado, 09-03-2013, Gaudium Press) El Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, comentó en su blog personal sus impresiones sobre el ambiente previo a la realización del Cónclave y rechazó la idea equivocada que los fieles pueden tener de las discusiones del Colegio Cardenalicio. Los temas dominantes entre los purpurados, explicó, son reflexiones sobre la fe y los asuntos pastorales, que priman notablemente sobre los problemas administrativos y los escándalos mediáticos. «¿Esos temas surgen? Sí. ¿Dominan? No.» En lugar de un ambiente de intrigas y desconfianza, el Cardenal Dolan describe una experiencia de oración.
El Cardenal Dolan a su llegada a la séptima Congregación del Colegio Cardenalicio. |
«Los Cardenales de hecho estamos orando mucho», comentó. «Cada día iniciamos con la oración más efectiva de todas, el Santo Sacrificio de la Misa. En nuestras sesiones oramos el Oficio Divino, comenzamos cada reunión con la antigua oración a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Veni Sancte Spiritus». También relató que los Cardenales oran el Ángelus antes de almuerzo y el pasado miércoles celebraron una Hora Santa en el Altar de la Sede en la Basílica de San Pedro (ver nota anterior).
Los «grandes problemas» que se discuten
Según comentó, los temas que discuten los Cardenales son los desafíos similares a los que enfrentó San Pedro en los primeros años de la Iglesia: «Cómo presentar efectivamente la Persona, el mensaje y la invitación de Jesús a un mundo que, mientras busca la salvación y la verdad eterna, se encuentra a veces dubitativo, escéptico, demasiado ocupado o frustrado», afirmó el Cardenal. Esta perspectiva es diferente a la que muchos fieles imaginan, basados en rumores y en «lo que se comenta en la calle».
«De forma que puede que se sorprendan de escuchar que invertimos la mayor parte del tiempo discutiendo asuntos como la predicación, la enseñanza de la fe, la celebración de los siete sacramentos», enumeró el Card. Dolan. En su lista incluyó los retos de la evangelización de quienes se han alejado de la fe, las pastoral de los sacerdotes, religiosos y laicos, la organización de las parroquias y numerosos aspectos de la vida eclesial. «Esos son los grandes asuntos», explicó.
El próximo Papa y los cambios en la Iglesia
Sobre las expectativas de los medios de comunicación durante la transición papal, el Cardenal refirió una anécdota de uno de sus encuentros con la prensa. «Una periodista me preguntó si el nuevo Papa podría traer un cambio radical a la Iglesia», relató. El purpurado respondió esta pregunta con un «¡sí!» entusiasta, para sorpresa de la reportera. «Entonces le aclaré que la Iglesia estaba involucrada en el cambio, un cambio en el corazón humano, que Jesús llamó arrepentimiento o conversión». El Cardenal agregó que la tarea esencial del Papa es conservar la fe, la verdad revelada por Dios, y al mismo tiempo renovar la invitación de Cristo al cambio de los corazones.
«¿Surgen nombres? Seguro», comentó. «Pero el nombre más repetido es ¡El Santísimo Nombre de Jesús! ¿Podría usted decir su Santo Nombre y pedirle a Él que nos envíe su gracia y misericordia?», invitó finalmente el Cardenal.
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