Ciudad del Vaticano (Lunes, 11-03-2013, Gaudium Press) En las vísperas del Cónclave, los trabajadores de la Fabbrica Vaticana trabajaban en las primeras horas del lunes 11 de marzo en los preparativos de la Loggia di San Pietro, como se le llama al balcón papal en la Fachada de la Basílica más importante de la Cristiandad. Desde allí, el nuevo Papa dará su primera bendición «Urbi et orbi». La fórmula se basa en las antiquísimas proclamas del Imperio romano y en la actualidad es la bendición más solemne que imparte el Papa, y sólo él, dirigida a la ciudad de Roma y al mundo entero.
La bendición Urbi et orbi se imparte dos veces al año, por ocasión del Domingo de Pascua y el día de Navidad, 25 de diciembre, siempre desde el balcón central de la Basílica de San Pedro (llamado también Balcón de las bendiciones) adornado con cortinas y colgantes. Para ella, el Vicario de Cristo suele revestirse con ornamentos solemnes (mitra, báculo, estola y capa pluvial) y es precedido de cruz procesional, va acompañado de cardenales-diáconos y ceremonieros. Como sabemos, es impartida por el Papa el día de su elección en el momento en que se presenta ante Roma y el mundo como nuevo sucesor de San Pedro luego del anuncio tan esperado por millones de fieles en el mundo entero: «Habemus Papam…»
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