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Castel Gandolfo (Sábado, 23-03-2013, Gaudium Press) El histórico encuentro entre el Santo Padre Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI se llevó a cabo en Castel Gandolfo el día sábado 23 de marzo, en un ambiente de «profunda comunión», según informó el Portavoz de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi.
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| En el histórico encuentro, los dos Papas (el émerito Benedicto XVI y el Santo Padre Francisco) oraron juntos en la Capilla del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo. |
Esta es la primera oportunidad en existe un encuentro personal entre el anterior y el actual Pontífice, si bien ya habían hablado telefónicamente en varias ocasiones. Su Santidad Benedicto XVI pidió ser llevado al lugar de aterrizaje del helicóptero de Su Santidad Francisco y ambos se saludaron con un fuerte abrazo.
Los dos abordaron el mismo vehículo hacia el Palacio Apostólico, ocupando el Papa Francisco el asiento trasero de la derecha, lugar reservado al Santo Padre, mientras Benedicto XVI ocupó el lugar de la izquierda. En este vehículo también viajó el secretario personal del Papa emérito y Prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Gänswein, quien al ocupar estos dos cargos ha servido durante estos días como contacto natural entre el Pontífice y su predecesor.
Al ingresar a los apartamentos pontificios, el primer lugar visitado fue la Capilla, donde Benedicto XVI ofreció al Papa Francisco el lugar preeminente, a lo que el Pontífice respondió: «Somos hermanos» y le pidió que se arrodillara a su lado para dedicar unos minutos a la oración personal.
Después de orar, se reunieron en la biblioteca del Palacio Apostólico durante cerca de 45 minutos, donde conversaron privadamente. El P. Lombardi señaló que el Papa Francisco obsequió a Benedicto XVI un icono de la Santísima Virgen. El Papa emérito reiteró a Su Santidad Francisco su total obediencia y reverencia, mientras que el Pontífice agradeció nuevamente a Benedicto XVI el ministerio ejercido durante sus ocho años de pontificado.
En la visita se evidenciaron las diferencias de los atuendos del Pontífice y del Papa emérito, ambos vestidos de blanco, pero éste último sin fajín ni esclavina (capa sobre los hombros).
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