Avanzan los trabajos de recuperación de comunidad cristiana víctima de violencia en Pakistán

Lahore (Lunes, 08-04-2013, Gaudium Press) La colonia Joseph, en Lahore, Pakistán, sufrió el pasado 09 de marzo un cruento ataque por parte de un grupo de unas 3000 personas, enfurecidas por un rumor de supuestos insultos proferidos por cristianos contra el Islam. Después de la destrucción causada en el lugar, los cristianos que permanecen en el lugar se vieron forzados a habitar en carpas improvisadas, mientras avanzan las labores de reconstrucción de los hogares. Más difícil que la recuperación física de los espacios es recobrar la confianza de la comunidad cristiana, que no se siente segura ni bienvenida en su propia patria.

La comunidad cristiana tuvo que refugiarse en campamentos improvisads ante la emergencia. Foto: UCA News.

«La vida de mi hija está destruida, su casa es ahora una pila de cenizas», relató a UCA News Sugra Shama, una mujer víctima del ataque. «La policía no salvó esta colonia. Nos dijeron «ustedes serán atacados, salgan de este lugar». Corrimos con nuestros niños dejando nuestra comida en las estufas, no pudimos sacar nuestra ropa». Como ella, unos 2000 cristianos tuvieron que salir de sus hogares y padecer graves necesidades.

Más allá de la recuperación de las viviendas en las labores que se adelantan en la localidad con financiación estatal, la comunidad teme que el incidente pueda repetirse. «No creo que tendremos seguridad», comentó con angustia Shama. «La seguridad incendió nuestros hogares. ¿Protegerán nuestras vidas? No lo harán. No le creo a nadie, sólo a Dios».

Los cristianos no tienen lugar en Pakistán

Para la Iglesia, el hecho es profundamente lamentable y revela la crítica situación de intolerancia y marginación que padecen los creyentes locales. «Este incidente afectó gravemente la comunidad cristiana en Pakistán», expresó el P. Pascal Paulus, Vice Provincial de los Dominicos en Pakistán y representante de las Órdenes Religiosas en el país. «Cuando llegamos, ellos estaban llorando, sentían que todo estaba perdido, que su dignidad, su respeto y su valor humano estaban destruidos».

«Sobre todo, hay una sensación de inseguridad» alertó el sacerdote. «Nos sentimos inseguros en el país. Creemos que somos pakistaníes, pero al mismo tiempo sentimos que no tenemos un lugar en el país. Mi preocupación es: ¿No somos acaso gente de Pakistán? ¿No pertenecemos a este país?», cuestionó.

El religioso hizo un llamado para que se haga justicia sobre el hecho y se aclare la identidad de las personas que promovieron la violencia en contra de la comunidad. «Como representante de los religiosos de Pakistan, demando al gobierno que este tipo de sucesos no ocurran de nuevo, y apelo a todas las personas de buena voluntad para que nos ayuden, que nos consideren seres humanos y que promovamos el amor, la tolerancia y la aceptación mutua», comentó. El presbítero agradeció a todas las personas que han colaborado con las atención de emergencia para la comunidad, a quienes extendió su bendición.

Una vez terminadas las labores de reconstrucción, quedará por realizarse la labor más difícil: la recuperación de la confianza en una comunidad que ya experimentó el terror y la violencia.

Con información de UCA News.